Día Mundial del Agua 2022

Níjar, el agua como cultura y pilar de supervivencia

  • Norias, pozos, aljibes o molinos han ido dejando su huella en el territorio

Senderistas disfrutan del Pantano Isabel II.

Senderistas disfrutan del Pantano Isabel II. / (Níjar)

Níjar ha estado desde siempre ligada a la cultura del agua y el aprovechamiento de los recursos hídricos en el municipio se pone de manifiesto en diferentes hitos que forman parte del paisaje nijareño y de su patrimonio.

Acequias, molinos, aljibes o pozos han conformado este territorio, que ha ido transformándose para adaptarse a las nuevas necesidades de sus habitantes y optimizar al máximo el uso de este bien vital, el agua.

Así, en el Museo del Agua, uno de los muchos atractivos de la Villa, ubicado en el edificio antiguo del mercado de abastos de 1950, que se a su vez se asentó sobre la balsa de regulación de riegos del manantial de Níjar.

Museo del Agua. Museo del Agua.

Museo del Agua. / (Níjar)

El edificio hoy reconvertido en museo se halla en la plaza del Mercado, jalonada de olmos de gran tamaño y con la famosa fuente del “Cañillo” que sigue ofreciendo agua de este manantial. La fuente hoy está junto al museo, aunque en el pasado estaba en medio de la plaza.

El Museo es además Oficina Municipal de Información Turística en la que le proporcionan toda la información de interés acerca de la Comarca de Níjar. Además, se dedica a documentar una cultura tradicional del agua en zonas áridas, una característica de de Níjar. Es una forma de conocer  la importancia del agua para la vida, el funcionamiento del ciclo del agua, el papel que juega este líquido en nuestro clima y las condiciones que determinan la aridez del sureste de la península. Se muestran las ingeniosas soluciones que el grupo humano ha tenido que desplegar a lo largo de la historia para captarla, almacenarla y distribuirla.

Otro de los vestigios de este pasado es la Ruta de los Molinos, que transcurre desde la Villa hasta Huebro, un núcleo de población a unos 5 kilómetros, que vivió de la agricultura tradicional, aprovechando el flujo del manantial de La Zanja que se distribuía a todo el valle. En este sendero se pueden observar los restos de los antiguos molinos de agua, asentados algunos sobre los antiguos molinos almohades, recuerdo de los primeros que se construyeron, auténticos protagonistas de la historia de Huebro. Desde las zonas más altas se canalizaba el agua hasta las zonas más bajas y con ayuda de los molinos se abastecía de agua a las cortijadas y a los huertos que se hallaban dispersados por todo el valle haciendo próspero el lugar.

No podemos olvidar en estas infraestructuras y como ejemplo de la importancia que desde antaño se ha dado al agua, la Noria del Pozo de los Frailes, una noria de sangre que se ubicó sobre un pozo comunal. Funcionaba utilizando el impulso de mulos o burros. Hoy en día se puede comprobar que este conjunto formado por la noria con todas sus artes, lavadero y abrevadero.

Senderistas realizando la Ruta de los Molinos. Senderistas realizando la Ruta de los Molinos.

Senderistas realizando la Ruta de los Molinos. / (Níjar)

Otros vestigios como el acueducto de Fernán Pérez, una obra hidráulica que se construyó para transportar el agua procedente de una mina del cortijo Expósito, ubicada en la sierra de Cabo de Gata. El recorrido de su caudal concluye en la finca conocida como Huerta Grande, lo que constituye una prueba más de la importancia de las construcciones relacionadas con el agua.

No podemos olvidar el Pantano de Isabel II, una megaconstrucción inaugurada en 1850 y que a pesar del gasto de la época nunca llegó a funcionar dado que no se tuvieron en cuenta las peculiaridades del terreno.

En el pasado raro era el hogar en el que no se contaba con un pozo o aljibe en el que se recogía el agua de lluvia para su posterior uso en las casas. Lo que sí es cierto es que las habilidades técnicas para la gestión del agua fueron imprescindibles desde tiempo inmemorial y ha conformado un territorio como el de Níjar, que hoy en día sigue siendo un ejemplo de racionalización de sus recursos hídricos a lo que se ha sumado las nuevas tecnologías para facilitar tal labor.

El agua siempre ha sido sinónimo de vida y junto a ella han ido creciendo los núcleos de población y la economía, gracias al aprovechamiento de los recursos ha tenido un importante impulso patente en el territorio.

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