La óptima polinización sobre el chirimoyo duplica la cosecha

La Fundación Cajamar expone la mejora de la productividad de esta fruta a través del control a la hora de polinizar · Andalucía líder mundial en producción

Granada concentra la mayor parte de la producción.
Granada concentra la mayor parte de la producción.
Carmen Fenoy / Almería

06 de septiembre 2008 - 01:00

El chirimoyo es una planta originaria de las laderas subtropicales Sudamérica. En España, el chirimoyo fue introducido en 1757 en la costa de Granada, donde se mantuvo fundamentalmente como árbol ornamental hasta 1940.

La evolución de la superficie cultivada pasó de 55 hectáreas a principios de la década de los 40 del siglo pasado, a cerca de 3.261 hectáreas en 2004 y 25.853 toneladas, siendo España líder mundial en superficie cultivada y producción de chirimoya. El 98% de la superficie española se encuentra en Andalucía, sobre todo en Granada, Málaga, Cádiz y Almería.

El interés de esta fruta y el alto valor que puede alcanzar en el mercado determinan que el empleo de la polinización artificial esté justificado económicamente, ya que el beneficio obtenido con esta técnica supera con creces el coste de su aplicación en esta especie. De hecho, la adopción generalizada de la polinización artificial por parte de los agricultores es responsable del incremento de la producción de chirimoyo y de la extensión de su cultivo a comarcas donde apenas era conocido.

Las ventajas que ofrece la polinización artificial para el cultivo del chirimoyo no se aprovechan en la actualidad. Se hace imprescindible el conocimiento de la influencia que la carga del árbol tiene sobre la calidad de la fruta.

El estudio sobre el chirimoyo realizado por la Fundación Cajamar indica que en plantaciones de esta fruta con un adecuado manejo se puede duplicar la productividad sin mermas en su calidad. Entre el número de frutos por árbol y la producción se establece una relación logarítmica, en base a la cual los máximos niveles de producción, 30 toneladas por hectárea, se alcanzan con unos 400 frutos por árbol. Los elevados rendimientos son compatibles con el desarrollo de los árboles.

A partir de las 400 flores polinizadas por árbol se duplica la cosecha que se obtiene en la actualidad. El peso de los frutos no se ve afectado, manteniéndose cercano a los 500 gramos, por lo que el índice de semillado apenas varía.

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