Hace dos años que el empresario Ceferino Parra emprendió su periplo por las dependencias de la Junta de Andalucía en busca del espaldarazo final que le lleve a emprender un proyecto que, según sus cálculos, rápidamente se amortizaría. La iniciativa de este gergalense consiste en la importación de terneros de Sudamérica para su engorde en España y venta a terceros países, un negocio que, de acuerdo a sus palabras, resulta más que viable dada la alta demanda de este tipo de carne y la escasa oferta. El último de estos encuentros con la Administración autonómica fue recientemente en la Delegación de Gobierno de la Junta de Andalucía en Almería, tanto en éste como en otros anteriores como con el director general de Agricultura, el delegado del Gobierno de la Junta en Cádiz y demás, "nunca me han dicho que no pero tampoco han hecho nada", afirma Parra.

Para llevar su proyecto a cabo necesita tres buques ganaderos y su pretensión era que se construyesen en los astilleros de Cádiz para contribuir al empleo y economía de su tierra. Para esto ya mantuvo conversaciones con la Agencia IDEA dependiente de la Consejería de Innovación de la Junta de Andalucía, pero no dieron sus frutos. Ahora el empresario ve la oportunidad en un buque cuya naviera promotora ha dejado estancado y ha sido trasladado de los astilleros de Sevilla a Cantabria. El capital para la adquisición de este barco le sería facilitado por el Banco Santander, pero éste le requiere el aval de la Administración, que es la lucha de Ceferino Parra, quien explica: "En el periodo de dos años para el que se requiere el aval de la Junta, la actividad ha generado el doble de la inversión". Al quedarse con este barco a medio construir, el empresario ganaría 15 meses.

Según detalla no existen buques ganaderos que importen a Europa terneros de Sudamérica. Él para traer terneros desde Argentina o desde Uruguay tiene que alquilar un barco que le supone una inversión de un millón y medio de euros. Para reducir estos costes su proyecto contempla la construcción de tres buques ganaderos para transportar hasta 20.000 terneros. Como detalla Parra, en Sudamérica es habitual sacrificar las reses cuando alcanzan los 400 kilogramos de peso. Él, en cambio, las traslada con 300 kilos a cebaderos que posee en diversos puntos de España, donde las engorda con pienso hasta alcanzar los 600 o los 650 kilos para luego vender esa carne a diferentes empresas del sector. De acuerdo a sus estimaciones podría realizar hasta una decena de viajes al año. "Cada ternero rondaría los 300 euros y se vendería engordado por 2.000 euros".