Paro biológico, estrategia del campo almeriense frente al parvispinus aplazada hasta 2027
Los graves daños causados por el thrips plantean la necesidad de parar los cultivos afectados para frenar la transmisión
La Junta de Andalucía coordina protocolos de control biológico de pimiento en cultivo y en semillero
El campo se ha puesto serio frente a un enemigo común: el Thrips parvispinus. Después de dos campañas sufriendo el ataque de este insecto procedente del sudeste asiático, que a Almería llegó a través de las plantas ornamentales, el sector ha decidido ir un paso más allá de la lucha biológica y de las medidas de control llevadas hasta ahora, que siguen siendo muy necesarias.
Recientemente, la junta directiva de Coexphal acordó apoyar una parada biológica la próxima campaña, siguiendo la recomendación de la Comisión de Técnicos. Sin embargo, la medida no fructificó tras debatirse por parte de Hortyfruta ante la premura con la que se abordó. Una estrategia férrea para cortar la transmisión, que las asociaciones agrarias también ven como necesaria, pero que necesita su tiempo de diálogo para unificar los criterios. Por ello, de ser necesario, está sobre la mesa para 2027, puesto que existe normativa de la Junta de Andalucía.
“Había agricultores que ya habían preparado sus cultivos para enero o febrero, las empresas habían firmado contratos para junio... Es cierto que la gravedad de la situación nos llevó a afrontarla con premura y quizás no íbamos a ser capaces de ajustar bien la estrategia, por lo que decidimos que sería en octubre del 26, de cara al año 2027, el momento adecuado para implementarla, si es que la incidencia sigue siendo alta”, explica Luis Miguel Fernández, gerente de Coexphal, que también recuerda la importancia de no relajar otras medidas: “Creemos que luchar contra el parvispinus sólo se puede hacer a través de una estrategia integrada de control y de medidas, como la obligatoriedad de cumplir el protocolo de retirada del cultivo de pimiento, sacar el cultivo tapado, que los vertederos estén preparados para recibir todas las matas de pimiento, que haya suelta masiva de depredadores en los meses de verano y se prosiga la lucha biológica en primavera, que se limpien las ramblas que son focos de contagio...”.
La incidencia es cierto que vuelve a ser alta este año (se estima que se van a arrancar entorno a las 300 hectáreas), pero Luis Miguel es optimista y tiene claro que siguiendo los protocolos que se están confeccionando por parte del Ifapa, la incidencia bajará ostensiblemente. “A las pruebas me remito, cada vez que hemos tenido una plaga importante, como la mosca blanca hace unos años, el Trhips frankliniella, o incluso virus, el campo almeriense ha conseguido levantarse, ha seguido luchando de manera muy exitosa contra las enfermedades o otras plagas, y esta no va a ser una menos. Estoy convencido de que en tiempo récord, porque ésta es la segunda campaña, la incidencia va a bajar y lo mismo ni necesitamos implementar el paro biológico”, que se plantearía sobre unos 20 días en los cultivos afectados [principalmente pimiento, aunque también calabacín y pepino] por toda la zona del poniente, incluso capital y Níjar si el parvispinus sigue avanzando.
La lucha contra el thrips solo se puede hacer con una estrategia integrada de control”
Pese a los estragos que está causando el insecto, sobre todo para el agricultor, el sector poco a poco va entendiendo que las manchas que provoca en el fruto son estéticas y que no se compromete la seguridad alimentaria. “Nosotros hacemos una estrategia de control, no de eliminación total a través de la química, sino de control biológico, pues siempre queda algún thrips que mancha el pimiento. Pero solo lo mancha, ni lo agujerea ni lo daña, es un problema estético, la calidad se mantiene intacta. Nosotros lo estamos trasladando a las cadenas de supermercado para que también se lo traslade a los consumidores y que no tengamos problemas de comercialización”, algo que ya se está consiguiendo con mucho trabajo.
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