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Ramiro Arnedo, la paciencia lleva al éxito

  • “Somos una de las empresas más rentables de Europa”, resalta Julián Arnedo, gerente e hijo del fundador

Ramiro Arnedo, la paciencia lleva al éxito

Ramiro Arnedo, la paciencia lleva al éxito

¿Puede una empresa familiar de pequeño tamaño liderar varios segmentos del mercado de las semillas, pese a competir con gigantes multinacionales? Sí, puede. No solo eso. Ramiro Arnedo es además un referente en investigación, desarrollo e innovación, ámbitos a los que dedica mucho esfuerzo e inversión cada año, articulado en sus tres plantas de Calahorra, Murcia y Almería. “Somos líderes en varias variedades de lechuga y pimiento, muy fuertes en estos dos productos y en alcachofa”, explica con orgullo Julián Arnedo, hijo del fundador de la empresa y gerente durante más de tres décadas. “Si yo cojo mi presupuesto de investigación y lo reparto entre 50 cultivos, no tendría nada. Sin embargo, me concentro en tres o cuatro cultivos y obtengo buenos resultados”, resalta. En lechugas, por ejemplo, tienen una muy buena posición en baby, se están posicionando en romana y llevan varios años investigando en iceberg, mientras que en pimiento son una potencia en variedades para industria.

La filosofía de la familia Arnedo funciona y requiere de mucha paciencia, al tratarse de un negocio que ofrece resultados muy a largo plazo. “Somos una empresa pequeña si me comparo con los monstruos que hay por ahí. Hay empresas con 3.000 empleados y nosotros tenemos 160; pero somos una de las empresas más rentables de Europa”, expone el directivo, quien añade que “la familia Arnedo estamos muy contentos, cada año ganamos más e invertimos más, y vemos el futuro con optimismo. Somos una empresa consolidada con un crecimiento sostenible. Yo no me puedo comparar con esas empresas grandes, pero sí puedo elegir dónde lucho, y allí puedo ser el líder o el segundo”.

El éxito está en encontrar nuevas variedades de semillas con mejores atributos y por tanto más atractivas para los agricultores. Arnedo subraya que “mejorar algo no sale por casualidad, hay que investigar mucho, y en el caso de Almería, por ejemplo, está altamente tecnificada. Mejorar cualquier variedad es muy difícil, costoso, y no siempre se tiene éxito”. Los programas de investigación “los puedes plantear para 5 años y luego extenderse durante 8 o 10”, resalta. “Y si te metes por ejemplo en un programa de investigación de cebollas, nadie te quita los 15 años”.

Se buscan variedades más resistentes a plagas, enfermedades u otros factores que influyen en el desarrollo de los cultivos, pero también, por ejemplo, “que estén mejor adaptadas al cambio climático, o que aguanten peores calidades del agua”. Además, influyen también “los gustos de los consumidores”, apunta, y el objetivo es “proporcionar variedad en texturas, colores, tamaños...”.

Pese a la situación de crisis mundial y el alza de los precios (en el caso de Ramiro Arnedo han subido el precio de sus productos un 8%), el hecho de ser “una empresa pequeña y altamente tecnificada” le permite pensar a su gerente que “somos una empresa con futuro, porque tenemos bien enfocado dónde vamos a invertir nuestro dinero en un plazo de entre cinco y diez años; nuestros objetivos son bien claros y eso es importante”.

Quizá la principal preocupación de esta empresa familiar –enmarcada en el proceso que, a su juicio, está sufriendo el mundo, en el que “la globalización ha ido para atrás”– se encuentre en el ámbito laboral, tanto en lo referente a sus costes como, sobre todo, la falta de mano de obra: “La crisis de los contenedores, la guerra de Ucrania etc. hacen que te plantees producir semillas para el mercado en el que estás, y el problema es que en España no hay mano de obra, aunque parezca increíble. En La Rioja es casi imposible encontrarla, en Almería está algo mejor, pero tampoco mucho. La gente no quiere trabajar en el campo, y también resulta difícil encontrar técnicos cualificados. Lo llevo diciendo mucho tiempo, no es que el mundo esté cambiando, es que ya ha cambiado”.

Con todo, Julián Arnedo reitera el optimismo por el futuro de una empresa en cuyo día a día “no hay ningún banco, porque nosotros trabajamos con el dinero que tenemos, no con el que pensamos tener. No queremos ser más que nadie, sino que la empresa sea rentable y con un crecimiento sostenible”.

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