La seguridad alimentaria, eje de la PAC a partir de 2013
El economista Jaime Lamo de Espinosa advierte de que los sectores agrícola y energético deben ser los pilares básicos de la política económica en Europa
El economista Jaime Lamo de Espinosa, de la Universidad Politécnica de Madrid, analiza el futuro de la Política Agraria en Europa y los peligros que acechan al sector agroalimentario en su último artículo publicado en la Colección Mediterráneo Económico, editado por la Fundación Cajamar.
Recuerda Lamo que Europa es importadora de alimentos y que, a pesar de haber invertido millones de euros en el sector agrícola y ganadero español durante los últimos 25 años a través de la Política Agraria Común (PAC), no ha sabido mantener producciones básicas que hoy resultan deficitarias como el algodón, el trigo, los cereales, la remolacha o la patata, además de las ganaderías ovina y caprina.
Curiosamente el sector hortofrutícola, sin apenas ayudas de la PAC es el que ha experimentado una clara expansión generando un 64% de la producción vegetal española y dando empleo a 400.000 personas. Junto a este sector se sitúa también la ganadería porcina, cuya cabaña ha crecido en un 58% y que se ha convertido en un sector exportador potentísimo.
Como objetivo central Europa debe "garantizar la seguridad alimentaria europea y contribuir así, si es posible, a la mundial; asegurar para ello el carácter estratégico de lo agrario tanto o más de lo que debe tenerlo el energético". Para el analista económico hay que tener en cuenta el crecimiento poblacional y consumista de países como Brasil, India o China y las crisis alimentarias que están provocando conflictos armados con implicaciones internacionales.
Lamo de Espinosa cree que Europa, a pesar de la crisis económica, debe mantener su línea de ayuda con la agricultura y la ganadería. Para ello debe eliminar el llamado "cheque británico". "Ese razonamiento, que podía ser correcto cuando el Reino Unido se adhirió a la UE, no lo es hoy. Es más, hoy es una afrenta". Para el economista ese cheque habría que añadirlo a la PAC y "replantearse las ayudas, los subsectores y los agentes que van a recibirlo".
También hay que asegurar la competitividad de las producciones y la defensa de la competencia, favoreciendo contratos agrarios que fijen cantidades y precios de mercado o de referencia entre los proveedores, estableciendo no sanciones sino premios a los que cumplan lo pactado. Además se recomienda potenciar el I+D+i y se propone hacer "más verde" la PAC con una tasa a anual para todas las actividades que contaminen.
Y a España en concreto el autor de este análisis recomienda "recuperar posiciones perdidas en las últimas décadas en superficies, producciones y/o cuotas en favor de la remolacha, el algodón, la patata, el ron de caña, el ovino... y seguir potenciando el vino, el olivar, los cereales, la carne y leche de vacuno, el porcino... Y como base de todo ello deben apoyarse los regadíos".
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