Entrevista a Carmen Vidal, secretaria general de UGT Almería

  • La responsable del sindicato con mayor representación de la provincia, recién reelegida en el cargo, exige un mayor control en el trabajo y acabar contra la temporalizad abusiva

“Las estadísticas de empleo nos dicen que Almería es una provincia fraudulenta”

Carmen Vidal recibe a Diario de Almería en su despacho en la sede de calle Javier Sanz. Carmen Vidal recibe a Diario de Almería en su despacho en la sede de calle Javier Sanz.

Carmen Vidal recibe a Diario de Almería en su despacho en la sede de calle Javier Sanz. / Rafael González (Almería)

–¿Cuál es el estado de salud del sindicato actualmente en Almería?

-Acabamos 2020 ganando las elecciones sindicales y siendo la primera fuerza en la provincia.

–Y eso hasta hace poco no era así…

-Normalmente los cómputos de representación son cada cuatro años entre los sindicatos mayoritarios. En este 2020 terminamos ganando, y este 2021, a fecha de primeros de este mes de mayo, también lo éramos. Es algo que puede cambiar, pero es verdad que el porcentaje de representación entre UGT y CCOO está muy igualado, muy justo. En ese aspecto vamos muy bien y estamos contentos, porque cada vez conseguimos cada vez más representación, ofreciendo el mejor respaldo posible a los delegados. En este sentido, creo que han visto como en la parte más dura hemos estado y se nos ha visto. En lo más complicado, cuando los trabajadores esenciales creían estar solos, y UGT ha sabido dar respuesta y a su lado en los momentos más difíciles.

–¿Cómo fueron esos momentos más virulentos de la pandemia?

-Nosotros concebimos nuestra labor como la de trabajadores esenciales y nos recluimos aquí en la sede para continuar sin descanso. Es más, nosotros no salíamos en el Real Decreto e inmediatamente se le pidió al ejecutivo desde la Confederación que lo modificara para que aparecieran los sindicatos como sindicales. Así lo decidimos nosotros mismos, ya que todo el país, y su clase trabajadora, se enfrentaba a una realidad totalmente nueva hasta la fecha. Entendíamos que no se les podía dejar desprotegidos en un momento tan delicado.

–Entiendo que más actividad que nunca…

-Muchísimo, sobre todo por el tema de los ERTE. Ten en cuenta que han sido correos electrónicos constantes con dudas permanentes sobre la nueva situación en la que estaban, sobre qué necesitaban de papeleo, qué iban a cobrar, qué EPI necesitaban para su trabajo en ese contexto… Al mismo tiempo, no podíamos recibir a nadie. Recuerdo como aún no teníamos ni geles hidroalcohólicos, ni mascarillas o guantes; y teníamos que hacernos cada uno de ellas para poder trabajar aquí en la sede. No teníamos los recursos de protección para trabajar, pero teníamos que hacerlo. Cerrábamos puertas, intentábamos no cruzarnos, distancia… Algunos compañeros de las federaciones teletrabajando también, fenómeno este que tengo claro que ha venido para quedarse.

–Teletrabajo, ¿un nuevo caballo de batalla?

-Qué duda cabe. Es un horizonte nuevo que hay que legislar desde ya. Cómo concilias es el principal problema aquí. Hay una normativa laboral de hace 25 años que es imperioso cambiar dadas las circunstancias, donde según los datos que manejamos han aumentado las enfermedades psicosociales derivadas de la pandemia y su riesgo provocando casos de estrés, depresión e incluso riesgo de infarto. Todo esto puede ocurrir si te vas a un teletrabajo que no está regulado, donde no se sabe cuál es el momento de desconexión digital con la empresa. Lo primero y más importante es cumplir la ley de prevención de riesgos laborales, que está ahí, pese a que estés en tu casa, porque los riesgos existen tal y como he dicho. No digo derogar la ley, sino actualizarla a la nueva realidad, que ya está aquí y vinculada a la digitalización, y que va a continuar cambiando. Hay que adaptar el mercado laboral a ese contexto, y si no vamos a tener un problema serio en el futuro. Otro ejemplo de eso es la extensa robotización, cada vez mayor, que hay. Ya hemos planteado que hay que establecer un canon, porque son muchos los puestos de trabajo que ya se han destruido por este motivo y que iría en aumento si no se legisla al respecto. Imagínate, aquí en Almería, lo que podría suponer un cambio radical hacia la robotización en el ámbito del manipulado. Sería dramático. Hay que buscar fórmulas y propuestas económicas para los ciudadanos, sino a ver de qué se va a vivir.

Carmen Vidal, en la sede de UGT Almería. Carmen Vidal, en la sede de UGT Almería.

Carmen Vidal, en la sede de UGT Almería. / Rafael González (Almería)

–Por su análisis, parece que el sindicalismo se enfrenta la época más disruptiva en cuanto a cambios desde la transición.

-Sí, incluso es que ya ha cambiado mucho. A nosotros mismos, visitar una empresa ahora, nos cuesta mucho más que hace quince años. Por protocolos, restricciones también por el COVID para personal externo. Afortunadamente, el ritmo de vacunación parece que es bueno y lo importante es que se llegue cuanto antes a la inmunidad para hacer vida normal.

"Estamos contentos, porque cada vez conseguimos cada vez más representación, ofreciendo el mejor respaldo posible a los delegados”

–Fue respaldada en el último congreso con un importante apoyo. ¿Es algo que le presiona?

-La verdad es que cuando te presentas lo haces primero sabiendo si vas a tener apoyo, porque si no sería complicado. En los consejos y comités previos la valoración de estos años con los compañeros ha sido buena. También se analiza qué hay que cambiar y mejorar. Nuestro apoyo como unión provincial se basa en las federaciones, con las que hemos estado para todo lo que nos han demandado. Además, la representación institucional nuestra, como UGT, de cara a las administraciones con las demandas que nos hacen llegar es algo en lo que no hemos parado de trabajar, y creo que hemos sabido estar.

–¿Se ve fuerte para los próximos cuatro años siendo la cabeza visible del sindicato? ¿Es una labor que desgasta?

-Llevo ya muchos años en el sindicato y la verdad que es algo que te curte. Supongo que pasa como en la política, que tienes que estar disponible siempre para la opinión pública también y dar la cara en todo momento. Eso es esencial. Da igual la hora que sea. Yo estoy muy hecha a la idea y no lo llevo mal, lo único que es verdad que hay momentos en los que se concentra mucha vida sindical con gran representación que a veces hay que repartir con otros compañeros más que nada por la conciliación, sino sería imposible. Yo tengo dos niñas, estoy divorciada y tengo también unos padres mayores que al final requieren del tiempo que puedas. Es verdad que se junta todo. Al final es la misma realidad de cualquier persona, que no es fácil. Hay veces que se complica, pero bueno, hay que intentar siempre conciliar y cumplir también con ello. Lo que está claro es que a la familia no se la puede olvidar, y uno no puede hacer lo que le demanda a las empresas que no hagan para sus trabajadores.

"Durante lo peor de la COVID concebimos nuestra labor como esencial y nos recluimos en la sede para continuar sin descanso”

–¿Ha sido la COVID-19 la puntilla en materia de precariedad y desempleo para Almería?

-Sí, entiende que la situación económica de la provincia de Almería estaba basada en el sector servicios, en el campo y en el manipulado. Evidentemente son nóminas muy pequeñas, de media no llega en muchos casos ni siquiera al SMI. El campo está sin convenio colectivo, está en el estatuto de los trabajadores.

–¿En qué punto está la negociación de este convenio del campo?

-Ahora mismo en ninguno, porque decayó hace ya cuatro años y no se ha retomado negociación porque se planteaban unas tablas salariales por debajo del SMI. De este modo, ¿cómo te voy a firmar yo un convenio? Eso hay que retomarlo a la mayor brevedad porque en la provincia hay muchísimos trabajadores en fraude, que tenían que ser fijos discontinuos, algo que no se hace en el campo. Y esta es una cuestión que está abalada con datos concretos que se pueden sacar de la producción según la hectárea. Es algo que se calcula y está más o menos claro la media de trabajadores que se necesitan para cada extensión. Pero siguen todos temporales y esa es una de las batallas de ese convenio, no la única, que ya cuenta hasta con una sentencia que se ganó en el Tribunal Supremo. Es que tienen que hacer fijos discontinuos. No se puede estar cada campaña con temporales. La respuesta siempre la misma: “No sé el año que viene lo que voy a tener que plantar”. Esto no vale. Y cabe señalar que no todos los agricultores funcionan así, afortunadamente hay muchísimos que cumplen y llevan sus contratos adecuadamente. Pero el problema es de fondo y es ese.

Carmen Vidal. Carmen Vidal.

Carmen Vidal. / Rafael González (Almería)

–Y difícil de controlar...

-Es que no se puede llegar a todos los invernaderos de Almería para ver si tienen el personal en regla, pero es que aquí aparece otro problema que tenemos endémico, como es la falta de trabajadores para fiscalizar esto. No hay inspectores para controlar todo el fraude que puede haber en una provincia que se puede considerar fraudulenta.

–Entonces, ¿tan extendido está el fraude en Almería?

-Sí, mira, ten en cuenta que sin ir más lejos, la última EPA arrojaba unos datos y luego los del paro del este mes pasado de abril era totalmente discordante, mientras que una decía 60.000 la otra 73.000. Entonces nos preguntamos, ¿cómo puede ser? ¿Tanto descuadre? Pues claro, como uno es una encuesta, que se realiza de manera anónima, es más factible no mentir y comunicar que está trabajando, pero claro, en qué condiciones. Esa es la respuesta a este fenómeno. Me llamó la atención mucho la enorme diferencia en los últimos datos que manejamos. ¿De verdad hay tanto fraude en Almería? Parece que sí. Y seguramente esta pandemia ha hecho que haya más aún. Luego hay muchos trabajadores que estaban en fraude y se han quedado sin trabajar en nada por la COVID y sin ayuda.

"Hay que legislar el teletrabajo desde ya. Cómo conciliar es el gran problema. Hay una normativa de hace 25 años que urge cambiar”

–En una situación así, ¿cobra especial relevancia el ingreso mínimo vital?

-Por supuesto. Esta ayuda fue también una apuesta de UGT a nivel nacional, que conseguimos que el Gobierno sacara hacia adelante y estamos viendo que es muy necesaria, pero es que en Almería casi el 60% de las solicitudes son denegadas, porque piden tanta documentación y tienen tantas limitaciones especialmente por trámites burocráticos muy exigentes que las devuelven. Y a lo mejor son familias con hijos que no tienen ningún tipo de ingresos. Son muy concretos y además basados en el 2019, cuando no había pandemia. La situación ha cambiado mucho.

–¿Ve necesario un cambio de modelo? ¿Apostar por otro tipo de industrialización?

-Sí, es una cuestión que nos planteamos no solo para esta provincia, sino para toda Andalucía. El cambio de modelo es necesario y creo que las administraciones estarán hablando de esa reconstrucción y de los fondos que nos vienen de Europa, que son una oportunidad muy buena y que no debemos desaprovechar. Y hay que saber cómo emplearla en ese cambio de modelo que debe ir hacia la digitalización, el cuidado del medio ambiente donde Almería debe ser un referente gracias a la energía eólica y solar, que son básicos.

–¿Ve entonces un claro agotamiento del modelo actual?

-Claro que sí, totalmente. Además, las directrices europeas que se están imponiendo es precisamente por eso. Ya quieren, por ejemplo, penalizar en impuestos con los vehículos diesel u otros combustibles más contaminantes.

–¿Por dónde pasan los cambios?

-Tenemos que ir a un modelo productivo que se base en renovables, donde seríamos una potencia y hay que apostar por ello. En otros ámbitos, por ejemplo en la hostelería, que es muy importante, hay que intentar subir la calidad, hacerla más exigente con trabajadores bien formados. Fallamos en la formación, pero no solo en este sector, en todos a nivel general. En Almería, y en el resto de Andalucía en general, no existe formación en oficios. No hay que mirar las ofertas del SAE al respecto, no se cubren. Aquí se da el fenómeno de la suerte que hemos tenido muchos hijos de obreros, y es que nos han dado la posibilidad de formación universitaria, y en este tiempo, para otros sectores básicos se ha perdido la formación por falta de demanda. La admnistración tiene que potenciar estas enseñanzas tanto a trabajadores como desempleados, para eso está la parte de las nóminas que se detraen para ello, y las empresas no hacen uso de ella y la administración tampoco está exigiendo.

"Hay que retomar la negociación para un convenio en el campo. Hay muchos trabajadores que tenían que ser fijos discontinuos"

–Vienen subiendo los contratos indefinidos. ¿A qué cree que responde?

-Sí, es cierto, los dos últimos meses. Nuestra respeuesta es clara y se debe a la campaña del Gobierno con la Inspección de Trabajo para que no se unan dos contratos de un tiempo determinado para no hacer indefinidos, porque eso es un fraude. Y es cierto que la campaña ha sido muy importante contra la temporalidad abusiva.

–¿Cómo ve el clima político actual?

-Mal, porque falta unión y también considero que no hay altura de miras por parte de buena parte de los políticos, porque no son capaces de ver más allá de sis siglas.

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