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Ante el 8-J
Tamara Falcó disfrutará personalmente de su ansiada boda tras tantos contratiempos que está viviendo. Desde la ruptura inicial con su novio y las tiranteces con su familia política, al mal momento personal de su madre, la carrera contrarreloj con los vestidos de la celebración por su enfrentamiento con las diseñadoras inicialmente elegidas, la marquesa de Griñón quiere tener un fin de semana del 8 de julio épico, inolvidable y satisfactorio.
Será la gran boda de las exclusivas de este año, vía ¡Hola!, y ya nada puede fallar cuando todos estén en la fiesta previa del viernes. Su momento tan especial no quiere se empañe ya por nada más en El Rincón. Ha hecho una lista de 200 invitados con los que tanto Tamara como Íñigo Onieva, que ha sido despedido de sus labores de relaciones públicas en restaurantes y discotecas, quieren estar a gusto.
Por tanto la premisa es clara: en las listas de invitados suelen incorporarse familia que los contrayentes apenas han tenido relación, amigos y compañeros de trabajo no deseados, o compromisos de terceros (normalmente los padres) que no les incumben a los novios.
Tamara ha excluido de su lista todo tipo de invitados estelares y conocidos por todos pero con lo que ella no ha intimado más allá de la cortesía. Es decir, según ha comentado la hija de Isabel Preysler, a la ceremonia del 8 de julio no estarían famosos como figurantes sino que estarán los que son verdaderamente amigos. No estaría nadie del Gobierno ni tampoco del gobierno autonómico o el ayuntamiento madrileño aunque Tamara esté en sintonía, por ejemplo, con la presidenta Isabel Díaz Ayuso.
Tampoco estarán figuras del deportes o de la música a los que los novios pueden conocer pero con los que no han tenido un gran vinculo, ahí entran muchos de los compañeros de MasterChef cuando participó la novia o campeones de la talla de Rafa Nadal, que además está recuperándose de una intervención. El cantante que podría estar sería su hermano Enrique Iglesias o, quién sabe, porque sería el pelotazo mediático que necesita Preysler, el primer marido de su madre, Julio Iglesias.
Y sobre todo no habrá entre los invitados personas a los que los novio no quieren ver. Por ejemplo, Boris Izaguirre, Carmen Lomana y a partir de ahí tantos detractores, inclusive el reciente ex de la mamá, Mario Vargas Llosa.
Esta es la clave que ha lanzado Tamara Falcó y que nos sirve a todos, a todos los futuros novios, sea cual sea el carácter y presupuesto de sus bodas. La pregunta para hacer la lista es: "¿A esta persona me gustaría encontrármela a mitad de la noche? Lo dejamos para otro momento".
Este criterio es el que ha seguido para seleccionar a sus 200 invitados. Nada de personas que despierten mal rollo, que generen incomodidad con su presencia o que sean desconocidos. La boda es un momento muy especial, solemne y a la vez divertido, para que estén presentes personas no deseadas o que estén allí por puro compromiso y no valoren el esfuerzo y el cariño de los contrayentes y sus familias.
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