Músicas contra la peste | Vivaldi

Vivaldi en la paz vespertina

Antonio Vivaldi (Venecia, 1678 - Viena, 1741)

Antonio Vivaldi (Venecia, 1678 - Viena, 1741)

"Vivaldi no escribió seiscientos conciertos, sino seiscientas veces el mismo concierto". Fue al parecer Luigi Dallapiccola el ingenioso perpetrador de esta célebre boutade, e Igor Stravinski el encargado de darle difusión. No deja de resultar curioso que con este displicente desdén dos grandes maestros del siglo XX vinieran a censurar el que es justamente uno de los grandes logros del compositor veneciano: la conformación de una de las más exitosas formas de la música occidental, la del concierto con solista. En efecto, con Vivaldi se asienta el concierto tripartito (dos movimientos rápidos con un lento entre medias), que prácticamente llega a nuestros días, así como el carácter ritornello de esos movimientos extremos (alternancia entre estribillos orquestales y pasajes solísticos) que fue dominante durante décadas y persistió incluso debajo de las más modernas formas clásicas.

Sí, Vivaldi escribió centenares de conciertos en la misma forma y con recursos de modulación casi idénticos, pero qué fertilidad en la invención, qué energía rítmica, que audacia en las progresiones armónicas, qué capacidad para el manejo variado de la tímbrica, qué manera de combinar lirismo con virtuosismo, drama con ligereza. Aunque el violín fue su instrumento solístico predilecto, también dejó Vivaldi conciertos memorables para otros instrumentos, como los seis que han sobrevivido para la viola de amor, un exótico artefacto armado de seis o siete cuerdas melódicas y otras tantas simpáticas, de un sonido a la vez agreste y aterciopelado, que Leopold Mozart invitaba a escuchar "en la paz vespertina".

Alessandro Tampieri y la Accademia Bizantina nos acercan aquí, en una filmación promocional realizada en un hotel boloñés con indiscutible voluntad coreográfica, el Allegro de apertura de uno de esos conciertos. Diríase que por su esplendente luz, por su centelleante fulgor, por sus notas ornamentales orientalistas se ha filtrado todo el Mediterráneo. Una bocanada de optimismo en medio de la incertidumbre.

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