56 firmas, 56 miradas, 56 elementos del patrimonio cultural, histórico o medioambiental durante tres meses y medio. La Asociación Amigos de la Alcazaba culminó la pasada semana el ciclo de artículos ‘Desde Mi Ventana’, con los últimos textos de Antonio Jesús Sánchez Zapata, agente cultural y portavoz de ‘Salvemos el Cortijo del Fraile’, Elisa Palomo Caravantes, licenciada en Derecho, Juan Grima, presidente de Editorial Arráez, y María Teresa Pérez Sánchez, presidenta de Amigos de la Alcazaba, que han abierto su ventana a el Cortijo del Fraile, calle Lope de Vega, el despoblado de Teresa en Sierra Cabrera y el Cable Inglés, respectivamente.

“’Desde Mi Ventana’ ha sido un proyecto de Amigos de la Alcazaba con el que hemos querido acercar a los ciudadanos almerienses a su historia, a su patrimonio, a la belleza y la importancia de nuestra herencia cultural”, explica su presidenta, María Teresa Pérez. “Porque el patrimonio es de todos y todas, la idea tuvo una acogida muy positiva tanto por la cantidad de autores, más de 50: pintores, historiadores, profesores, escritores, fotógrafos, arqueólogos, empresarios, archiveros, gestores culturales, guías turísticos…, como por los medios de comunicación que nos han acompañado en este apasionante viaje. Cada uno de los textos ha acercado la mirada a un elemento patrimonial almeriense, compartiendo con nosotros su visión personal, de manera emocional”.

Los artículos se han difundido de lunes a jueves y han sido ser publicados por todo medio de comunicación que se ha querido sumar a difundir la cultura patrimonial en los días de confinamiento, también con la posterior desescalada y hasta llegar a la ‘nueva normalidad’, en una unión prácticamente sin precedentes. Como recuerdo indeleble de la unión de la cultura almeriense en torno a esta iniciativa, Amigos de la Alcazaba tiene previsto realizar una publicación con los artículos presentados.

Así, gracias a Amigos de la Alcazaba, de lunes a jueves los almerienses y los lectores de internet han disfrutado del patrimonio cultural almeriense, desde elementos muy reconocidos hasta otros más modestos, pero con un enorme aprecio por sus ciudadanos: la Alcazaba de Almería, la Fuente del Toro de Berja, la máquina de vapor del Barranco del Chaparral, el cuadro de Sorolla del Museo Casa Ibáñez, la Catedral, el paisaje cultural de Benecid, el Castillo de Vélez Blanco, las históricas tarjetas postales, el pantano de Isabel II, las Canteras Califales, la Virgen de Gádor, los Refugios de la Guerra Civil, la Basílica de Oria, la Casa de las Mariposas, el Convento de San Pascual Bailón de Laujar, el Daymún romano de El Ejido, las pinturas indalianas, el Archivo Histórico, las Salinas de San Rafael de Roquetas de Mar, el Pingurucho, el Teatro Cervantes, el olivo de Santa Rita, la Casa de las Godoyas de Fondón, el Paso de la Judea de Cuevas del Almanzora, la arquitectura de Langle, el Teatro Apolo, la Fuente y lavaderos de la Chanca o el casco histórico de Almería.