El grupo de amigos de Almería Western Museo del Cine sigue con sus actividades. Además del rodaje de La marcha del diablo, un ambicioso western centrado en la frontera de Arizona durante las guerras indias en 1876, sigue celebrando homenajes a distintas celebridades almerienses relacionadas con la industria del cine.
Tras el taxista Diego Fernández Muñoz, que representó a la familia de afamados localizadores; Salvador Fernández Carrión (actor de acción), Eduardo Fajardo (actor) y del propio José Enrique Martínez (escritor e investigador y autor de grandes proyectos de cine para Almería), le tocaba el turno a Diego Rodríguez Fernández.
Este afamado atrecista español y reconocido internacionalmente fue el homenajeado hace unos días. En la charla-presentación, dada por José Enrique Martínez, se esbozó su vida como una auténtica película. Criado en El Zapillo, amigo desde la infancia del presentador, vivió de primera mano los acontecimientos que se fueron produciendo en su barrio desde mediados de los sesenta.
Tras su aventura en la figuración, de la mano de Paco El americano, y tras participar en todo tipo de producciones, destacando Conan el bárbaro, llega una buena oportunidad al estar encargado del atrezo en Indiana Jones y la última cruzada.
Su vocación de atrecista, como recuerda, le viene desde que tenia unos seis años. “Todos los niños jugábamos a indios y vaqueros en un barrio que parecía un pueblo del lejano oeste, pero a mí me gustaba también irme a los apartamentos Brasilia, donde además de hospedarse peliculeros, se guardaba mucha tramoya, atrezo que se descargaba de furgonetas. Había todo tipo de objetos que me fascinaban. Ahí se inició el interés por esta faceta del cine”.
Sus trabajos, cerca del centenar, con Carlos Saura, Milos Forman, Steven Solenberg, Brian Gibson, Terry Gillian, Steve Spielberg, Agustín Díaz Llanes, Ridley Scott, Justin Curzel por nombrar algunos directores y su amistad con Antonio Banderas, Viggo Mortensen, Michael Fassbender, Steven Bauer ha hecho que su nombre sea conocido más allá de nuestras fronteras.
En el entrañable acto, donde emocionado dio las gracias a los asistentes, se encontraban amigos, su esposa e hijos, su madre, su hermana y demás familia así como el taxista Diego Fernández y su esposa Pepita Salinas, por cierto familiar del homenajeado. Fue una noche mágica para Diego Rodríguez que se mostró muy feliz y emocionado por recibir este gran homenaje de sus amigos.
El lugar temático del Bar Ambrosio anuncia que seguirá son sus homenajes dedicados a almerienses reconocidos y afamados en la Cinematografía que parecen olvidados en esta ciudad, tierra de cine.
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