Anhelo por la integración real y social

Teatro Paladio representó la obra 'Nadie' con siete intérpretes, seis de ellos con diversidad funcional

Una historia conceptual y reivindicativa

Los intérpretes demostraron una gran capacidad expresiva.
Los intérpretes demostraron una gran capacidad expresiva. / Fotos: Javier Alonso
Fran Murcia

10 de junio 2017 - 02:30

Buscar una integración real donde el resto de la sociedad no los miren como personas diferentes e imposibilitadas. Teatro Paladio estrenó a nivel andaluz la representación de la obra Nadie en el Auditorio. Una obra conceptual, donde siete actores, seis de ellos con diversidad funcional, que quiso llegar a las conciencias de los asistentes.

Es la historia de un hombre que quiere volar y se sirve del mundo de los sueños para trabajar a través de unos personajes que van ejecutando todo lo que desea. Con un candil, atravesó las escaleras del Auditorio hacia el escenario, que estaba cubierto por las hojas del otoño y el soplido del viento iniciaba esta representación.

Es la historia de un hombre que quiere volar y se sirve del mundo de los sueños

El narrador repetía frases muy duras haciéndose eco de los pensamientos del personaje principal: "Sin oficio, ni beneficio, apartado, piensa que nunca será querido". A lo que él mismo protagonista, con la misma crudeza, expresaba: "No me gusta mi vida, no soy nadie y como Nadie me bautizo".

Entre sus anhelos, que canalizó mediante sueños, el protagonista decía: "Sueño que algún día querré. Mi corazón te aguarda". Los actores también manipularon una marioneta gigante que era abrazada y que simbolizaba la ternura y el deseo de amar.

Gritar la normalidad fue una constante en la obra: "No soy muy inteligente, pero me complace ser uno de tantos". También hicieron alusión a las barreras que pone la sociedad, cómo la gente grita la incapacidad y los prejuicios existentes en los individuos: "¡No puedes caminar porque eres inválida!".

También hubo un momento de propósitos mezclados con reivindicaciones: "Queda prohibido no ser tú mismo, quiero aprender y vosotros me los estáis arrebatando. ¡Basta! ¡Calla!". Los actores demostraron su capacidad de meterse en el personaje y desprendían una gran fuerza interpretativa. El público se puso en pie ante una obra muy cruda, pero con un mensaje reivindicativo y de igualdad. Nadie fue alguien en la noche del jueves.

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