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Desde el 29 de noviembre

El Bellas Artes acogerá la mayor exposición de Murillo en Sevilla

  • 'Murillo. IV Centenario' reunirá hasta mediados de marzo de 2019 más de medio centenar de obras

  • El conjunto ofrece "una imagen integral" de la obra del maestro barroco

  • Muchas obras regresan a la ciudad "por primera vez" desde el expolio napoleónico

"No por ser éste el tramo final del Año Murillo es menos importante", advirtió este miércoles el alcalde, Juan Espadas, en el Museo de Bellas Artes. Y es que después de casi un año plagado de actividades en torno a la conmemoración de los 400 años del nacimiento del pintor en Sevilla, el programa oficial guarda todavía, en efecto, rotundos alicientes en la recámara. Por ejemplo, la mayor exposición antológica de Murillo celebrada nunca antes en la ciudad, que bajo el título Murillo. IV Centenario podrá verse en la pinacoteca hispalense desde el próximo día 29 hasta el 17 de marzo de 2019.

La muestra recogerá 55 obras, cinco de ellas pertenecientes a los fondos propios del Bellas Artes y las demás, procedentes de museos internacionales de primer nivel, desde el Museo del Prado hasta el Louvre parisino, pasando por el Met de Nueva York o la Tate y la National Gallery de Londres, así como de importantes colecciones privadas de todo el mundo.

"Si se me permite decirlo, ésta es La Exposición del Año Murillo", sacó ayer el consejero de Cultura, Miguel Ángel Vázquez. "Es la mejor muestra sobre Murillo que ha acogido la ciudad que lo vio nacer, y posiblemente también la más completa que se haya celebrado hasta ahora en España", añadió el consejero en el acto celebrado este miércoles en el Bellas Artes, una suerte de pre-presentación de la exposición con cierto aire electoralista en la que los responsables políticos asistieron a la llegada al museo de uno de los cuadros –Cristo con la cruz a cuestas, procedente del Museo Thomas Henry de Cherburgo (Francia)– y en la que ni siquiera pudieron atisbarse los cuadros, debido, según la directora del Bellas Artes, Valme Muñoz, a compromisos contractuales con los centros que los ceden.

La propia Muñoz e Ignacio Cano, conservador del museo, son los comisarios de la exposición. El propósito de la misma, explicó Vázquez, es "ofrecer una imagen integral" de Murillo que permitirá "desmontar" ciertos "prejuicios simplistas" sobre el pintor, que es "mucho más que el pintor de las Inmaculadas". Se trata, proclamó, de dar a "conocer la verdad" sobre un artista que a menudo, ciertamente, ha sido malinterpretado o reducido en exceso a la condición de pintor religioso.

Explicó Valme Muñoz que la exposición –ahora en pleno y ajetreado proceso de montaje– estará organizada en nueve apartados: Santa infancia, Sagrada Familia, Murillo como narrador de historias, Gloria en la Tierra, Inmaculadas, Compasión, Penitencia, Retratos y Pintura de género. Con esta estructura la muestra permitirá al visitante recorrer "todos los temas de su devoción", con esa recreación "amable" de la religiosidad, aunque sus méritos no se limitaran solamente a esa proverbial dulzura, pues –recordó la comisaria y directora del museo– Murillo también "innovó" al "simplificar las iconografías" clásicas y ofrecer así "una visión más intuitiva y directa de temas que ya formaban parte de la tradición" pictórica.

Pero también se hará eco la muestra, igualmente, de la "precaria" realidad social de la ciudad que le tocó conocer, esa Sevilla del XVII llena de pícaros, menesterosos y niños mendigos pero también de ricos y nobles, a todos los cuales pintó con idéntica entrega.

Muchas de las obras, por otro lado, se verán en Sevilla "por primera vez" desde el famoso expolio napoleónico, aseguró el consejero de Cultura. Entre las obras de mayor interés por su "singularidad", comentó Muñoz por tratar de dar alguna pincelada sin arruinar la presentación de la semana que viene, se encuentran por ejemplo La Sagrada Familia (Las dos Trinidades), de 1675-82, perteneciente a la National Gallery de la capital británica; Las bodas de Caná (1669-1673) que llega procedente de la Universidad de Birmingham; el boceto al óleo de La Virgen con el Niño (1673), propiedad de la Walker Art Gallery, con sede en Liverpool; o La Natividad que ha cedido para la ocasión el Museo de Bellas Artes de Houston, una pintura que además presenta la particularidad de estar realizada en el muy inusual formato de obsidiana, una roca volcánica.

Para conocer el resto de los detalles habrá que esperar a la semana que viene. Pero por lo pronto sí se sabe a ciencia cierta que el Bellas Artes, donde precisamente comenzó esta larga conmemoración institucional con la exposición Murillo y los Capuchinos de Sevilla en diciembre de 2017, se dispone ahora a ir escribiendo el punto final por todo lo alto.

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