Cultura

El CAMA reúne la mirada en torno a la ciudad y su gente de doce artistas

  • El concejal de Cultura, Ramón Fernández-Pacheco, presidió la apertura de la exposición 'Almería: ciudad revisitada' · Colas para hacerse una foto sobre una vespa y de fondo, la plaza del Educador

La noche del pasado jueves se inauguró la muestra de Arte Almería: La ciudad revisitada. Durante la visita no solo se pudieron ver las obras de los diferentes artistas sino que el público asistente pudo, como indicó en la presentación la comisaria Carmen Rubio, participar activamente de ella.

Sorprendió especialmente la instalación que presentaba un fondo fotográfico de la Plaza del Educador en los años cincuenta, con el fondo del antiguo edificio de Correos y el Quiosco de la Música obra de Guillermo Langle, y que se completaba con una Vespa de la época, sobre la cual se podía posar para fotografías de recuerdo, como aquellas que muchos almerienses conservan de la Feria, sobre un caballo de cartón en un escenario de ambientación andaluza.

La escenificación era tan sugerente y seductora la posibilidad de conservar el recuerdo que los asistentes llegaron a hacer cola para que les llegara su turno, uno de estos visitantes fue el concejal de Cultura Ramón Fernández-Pacheco.

La exposición se abría con una obra de Carlos Pérez Siquier, Mar de colores, donde todos nos podemos identificar con el personaje que mira al mar desde una silla de playa en una actitud de total relajación en la que el fotógrafo quiere mostrarnos una ciudad de verano y color.

Tras un recorrido por refugios, ciudades del tercer mundo y ciudades del primero, unas y otras enfrentadas, ciudadanos ilustres y ciudadanos inventados, construcciones de cristal o de hormigón, historias contadas y representadas así como recuerdos, y denuncias de los límites de nuestra ciudad, el espectador se lleva una reflexión personal alegre pero que no deja de ser íntima y personal.

Las imágenes de hormigón de Rodrigo Valero muestran el punto de vista más brutal del efecto ladrillo y de la crudeza de las estructuras y esqueletos de construcciones que nunca serán, que mueren antes de nacer. Son laberintos de hierro y cemento que se nos echan encima como las construcciones imposibles de Escher.

El Concejal de Cultura, Ramón Fernández-Pacheco fue escuchando muy interesado, durante todo el recorrido, a la comisaria y a los artistas, que explicaron cada uno el porqué y la intención de sus obras, finalizando con el joven Darío Rosillo que cerraba la muestra, y participando en todo en la visita como el más activo de los asistentes.

Pero al finalizar, antes de retirarnos se puede disfrutar de una vista nueva de Almería, la que ofrece la Torre de Control del Puerto. Acostumbrados como estamos a panorámicas desde la Alcazaba, esta es una imagen que nos provoca acercarnos a al detalle, mientras que contemplamos la ciudad desde Pescadería hasta el río, y distinguir todas las Sierras que nos rodean.

Y además no solo podemos estar un buen rato descubriendo nuevas perspectivas de conocidos rincones, sino que también podemos dejar escritas sobre la imagen fotográfica algunas de nuestras reflexiones o comentarios.

La idea de este montaje tan participativo es de la comisaria Carmen Rubio, realizado por Ricardo Moya y patrocinado por la Autoridad Portuaria de Almería.

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