Festival de Vélez Blanco

Cándida Martínez: "En esta edición del Festival de Vélez Blanco se han vivido momentos memorables"

  • La directora del festival hace un balance muy positivo de la 20ª edición del evento

  • La pandemia ha supuesto un esfuerzo mayor a nivel organizativo

Cándida Martínez, directora del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco.

Cándida Martínez, directora del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco. / Javier Alonso

–¿Qué balance hace de esta vigésima edición del Festival de Música Renacentista y Barroca de Vélez Blanco?

- Lo primero que puedo decir es que estoy muy contenta. Hemos cumplido los objetivos que nos habíamos propuesto para este año, tan especial, por el 20 aniversario. Era un reto empezar el 3 de julio y mantener cierta actividad a lo largo de todo el mes, pero creo que hemos tenido un buen tempo de actividades y se ha logrado mantener la atención del festival en los medios, las redes sociales y entre el público, que es muy importante. Se ha ofrecido una enseñanza especializada de calidad, con nuestra academia de música y con el seminario internacional de historia, además de con las conferencias a las que han asistido ponentes de un nivel excepcional y con temas de altísimo interés. Y sobre los conciertos, la verdad es que han sido memorables todos, algunos con obras muy desconocidas que han concitado el interés del público.

- ¿Qué dificultades extra ha supuesto la situación de la pandemia?

- Lo primero es que ha habido mucha precaución; no voy a decir miedo, pero sí muchísimo respeto a la pandemia. Movemos mucha gente, por lo que había que tomar todas las precauciones. Por una parte hemos mantenido estrictamente el aforo máximo que nos permite la normativa sanitaria de la Junta de Andalucía. También hemos reducido el número de plazas de los cursos, desde el de orquesta barroca hasta el seminario de historia. Por ello, en seguida se cubrieron las plazas. Además hemos tomado otras medidas estrictas como hacer test de antígenos a las personas que aún no estaban vacunadas, para detectar si alguien llegaba con algún problema, y todo ha ido bien.Otro de los problemas derivados de la pandemia es que había conciertos en los que la gente quería entrar pero se habían acabado las entradas, porque son de mucha calidad y no podíamos tener el 100% de aforo.

- ¿Ha servido este festival para demostrar, una vez más, que la cultura es segura?

Se puede hacer un festival a pesar de pandemia, aunque es cierto que para la organización supone un trabajo añadido, sin ninguna duda. La cultura es segura, porque se toman todas las medidas de prevención. Hemos mantenido la distancia de seguridad, todas las personas han estado con las mascarillas incluso en las clases de canto coral, hemos colocado pantallas de separación en donde ha sido necesario… Supone mucho más trabajo pero hay que adaptarse a las circunstancias y había que hacer el festival, porque como bien dices, la cultura es segura.

"Ha sido una pena que mucha gente no ha ya podido asistir a los conciertos por los límites de aforo”

- Dada la relevancia del festival son cientos los artistas que se ofrecen para participar en él. ¿Cómo se hace la programación? ¿Cómo se eligen los conciertos?

Habitualmente lo primero que hacemos es elegir una temática concreta para cada año. Una buena programación tiene una guía que recorre todo el festival y lo estructura, además de unos objetivos concretos. Una vez lo dedicamos a la expulsión de los moriscos e hicimos un recorrido por el Mediterráneo con música de esa época; otro año se dedicó a Tomás Luis de Victoria, gran músico español. En torno a ese tema principal se estructura todo, desde los conciertos a las conferencias.Después hay algunos objetivos concretos que mantenemos siempre y que es una de las singularidades que tiene nuestro festival. Intentamos recuperar el patrimonio musical español. Por ejemplo, este año ha habido estrenos de canciones olvidadas hace siglos fruto de la investigación. Con eso conseguimos innovación, novedad, originalidad, singularidad, pero también favorecemos la investigación musical para que los musicólogos vayan a los archivos sabiendo que hay festivales como el nuestro que están dispuestos a arriesgar.

Por lo tanto, este año teníamos barroco europeo, español, música compuesta por mujeres y nunca nos olvidamos de los jóvenes, ya que siempre hay algún concierto dedicados a ellos para cultivar el gusto por la música y que estos niños y jóvenes que ahora se acercan a los conciertos sean el público del mañana.

Cándida Martínez en la Escuela de Música del convento de San Luis. Cándida Martínez en la Escuela de Música del convento de San Luis.

Cándida Martínez en la Escuela de Música del convento de San Luis. / Javier Alonso

- ¿Qué le aporta el festival al municipio de Vélez Blanco?

Desde el primer día del festival vengo diciendo que este festival se adelantó, hasta cierto punto, a lo que ahora se llaman medidas de impulso para la España vaciada. A partir de las propias posibilidades que tiene este municipio, como su patrimonio o su naturaleza, hemos logrado darle una proyección. En este caso aunando música y patrimonio consiguiendo una cierta singularidad que ha creado un impacto grande: los bares se llenas, estaban cubiertas todas las plazas hoteleras con mucha antelación, y eso que hay unas 600 plazas. Los bares se llenan, la gente compra en las tiendas, van al horno… Son diez días que suponen un gran impacto.

Pero además de la cuestión económica yo valoro mucho la cohesión social y cultural. Que en una zona como Vélez Blanco se puedan escuchar orquestas como la Barroca de Sevilla, la de San Petersburgo o que venga Jordi Savall es algo realmente excepcional. Mucha gente de la comarca no tendrían muchas posibilidades de ver a estos artistas si no fuera por el festival.

"Además del impacto económico que supone el festival hay que destacar la cohesión social y cultural"

- De cara al año que viene, ¿empiezan ya a trabajar en él? ¿Se esperan novedades?

- Aún no sabemos el tema, que ya me lo han preguntado, porque hay mucha gente que viene de fuera cada año y se interesan. Volveremos al formato tradicional de una semana, de viernes a sábado, porque este año fue excepcional por el 20º aniversario. En septiembre empezaremos ya a pensar en la próxima edición. Prácticamente para enero ya tenemos cerrada la programación, aunque siempre quedan flecos y más con la incertidumbre de la pandemia. Este año, por ejemplo, no sabíamos si la Orquesta de San Petersburgo podría viajar por las restricciones, por lo que teníamos que tener en cartera una alternativa.Pero tenemos ya muchas propuestas, pero habrá que verlo según la temática que se decida, siempre combinando Renacimiento con Barroco, canto, obras de mujeres, etcétera. Pero lo que queremos es consolidar lo que tenemos, porque eso crea marca.

- ¿Qué papel juega el festival para poner en valor el papel de la mujer en la música?

El Festival es de música antigua pero tiene que ser un festival del siglo XXI. Por lo tanto tenemos que saber incorporar problemáticas contemporáneas, expectativas, necesidades y aspiraciones de nuestro tiempo. No podemos quedarnos solo pensando en cómo era en el pasado. Por lo tanto, pensamos el festival desde el siglo XXI. Por suerte, desde hace más de un siglo se ha ido recuperando la historia, experiencias vitales e itinerarios de las mujeres compositoras. Con ese enfoque contemporáneo ponemos el foco en mujeres del siglo XVI, XVII y XVIII. Así hemos tenido conciertos memorables.

"Este es un festival de música antigua pero pensado desde el siglo XXI"

- En estos 20 años de festival, su hermano Fernando lo dirigió durante 18, ahora está usted al frente, pero mirando a más largo plazo, ¿cómo ven el futuro del festival?

- Estaremos mientras podamos (sonríe). Siempre digo que trabajamos mirando solo al año siguiente. Pero se puede ver que el grupo de voluntarios que tenemos son excepcionales y se conocen toda la dinámica del festival, no solo organizando los espacios, sino también pensando en la programación. Tenemos a Helena Martínez, que es musicóloga, y que colabora conmigo en las actividades artísticas, y que tiene conocimiento de la historia de la música pero también tiene experiencia en la organización. Por lo tanto ahí hay futuro. Por otro lado está Diego Gázquez, coordinador de actividades académicas, que tiene una gran capacidad organizativa, empatía y es profesor en la Universidad de Granada. La cantera es muy buena. Hay un potencial muy grande, tanto con ellos como con el resto de voluntarios. Con ellos, el futuro del festival está asegurado.

- Siempre que las instituciones sigan apoyando...

- Espero que sigan, porque un festival así en una zona como Los Vélez es una apuesta importante por la España vaciada, para que la cultura llegue a todos los rincones y sea un elemento de cohesión social.

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