Carmen López lleva la fuerza del color de sus paisajes hasta la Galería KartON

La sala KartON de Huércal Overa acoge hasta el 29 de mayo una nueva exposición de esta pintora formada en la Cátedra de Paisaje de la madrileña Facultad de Bellas Artes que iniciara su experiencia expositiva en el año 1988 en la sala de la Caja Postal de El Escorial (Madrid), cuya obra ha sido reconocida con numerosos premios.

Está presente en importantes colecciones públicas y privadas, con una carrera honesta, en constante ascenso que, a día de hoy, sobrepasa holgadamente el centenar de exposiciones.

En una de sus críticas decía de ella, María Carmen Fernández de Capel que "lejos de lo fácil, la artista avanza por otros mundos, donde el concepto del arte se amplia. Su inquietud constante por la búsqueda de nuevos horizontes, evoluciona por caminos siempre ascendentes y progresivos".

Carmen afincada hace años en Almería echa, día a día, raíces en esta tierra desde su Aguadulce residencial desde donde pinta, sueña y crea mientras se deja atrapar por El mismo mar que cada vez se hace más protagonista en su obra.

La reciente inauguración despertó gran interés ya que se trataba de una pintora, a pesar de la cercanía, inédita en Huércal-Overa por lo que congrego a numeroso público, el cual quedó gratamente atrapado por la singular belleza de las obras presentadas. Carmen López, amable y cercana, acompañada por el director de la galería Ginés J. Fernández, estuvo arropada por amigos, familiares, representantes públicos y numerosos compañeros del mundo del arte y la cultura como Pedro Soler, Anne Kampschultte, Diego Bonillo, Pepe Bernal, Andrés García Ibáñez, Antonio Egea, Paqui Soler, Antonio Rojas.

Durante la inauguración los asistentes pudieron disfrutar de momentos mágicos, al degustar la pintura de Carmen López acompañada del repertorio preparado por el dúo Entrecuerdas formado por el profesor de guitarra clásica Juan A. Valera Torrecillas y la profesora de violín Gabriela Correa Maal. Esta exposición, que ahora presenta, probablemente sea un punto de partida en la evolución pictórica de la obra de Carmen López, pues se trata de una muestra formada por una treintena de obras que se presentan como un conjunto evolutivo con gran coherencia de ejecución en las que, presente o no, el hilo conductor es el mar.

En ellas el color se presenta, capa a capa, rico en matices, más elegante y sutil aun que en otras ocasiones adueñándose del espacio que constituye cada una de las obras y traslada a instantes imaginarios cercanos y diferentes, llenos de mensajes velados por sensibilidades para los sentidos abiertos de cada espectador, poemas a paisajes cercanos donde la tierra, el mar y el hombre, desde manchas y transparencias emparentadas con la abstracción hacen que brote en el espectador el gesto intimo de la contemplación.