“Ella tuvo suerte, nada más que eso”. Así empieza Las madres, la última novela de Carmen Mola que presentó este jueves en Mojácar. Precisamente eso, lo de que tuvo suerte, fue lo que pensaron muchos cuando pegó el pelotazo con La novia gitana en 2018. Pero no. El tiempo ha demostrado que Carmen Mola no fue solo un golpe de fortuna de una única novela, pues de hecho ya van cuatro de esta saga y otra, “La Bestia”, se llevó el Premio Planeta.

Avalados por su fama y sus millares de lectores, los tres escritores que firman como Carmen Mola fueron elegidos para estrenar una nueva iniciativa cultural con la que el Ayuntamiento de Mojácar —en colaboración con Diario de Almería— quiere acercar a sus vecinos a los mejores autores del momento: Mojácar Espacio literario. Y cumplieron con las expectativas: llenaron todas las butacas del Centro de Usos Múltiples. 

Carmen Mola es solo un nombre en la cubierta de un libro y su firma es un sello con tinta roja (“para que siempre nos salga igual”, bromean). Nada más (y nada menos). Porque a quienes conocieron las casi doscientas personas que estuvieron en Mojácar fue a Jorge Díaz, Antonio Mercero y Agustín Martínez. Tres guionistas que habían trabajado juntos en series de la tele y que un día, tras una reunión de trabajo “muy divertida” se fueron de cervezas y decidieron escribir una novela.

Antonio Mercero, un tercio de los Mola.

Los Mola son creativos, irónicos y rápidos de mente. “¿Y un poco sádicos tenéis que ser para escribir cosas así, no?”, pregunta alguien desde el público. “Agustín, el que escribe esas cosas siempre es Agustín”, aseguran entre bromas. “Y las partes que están bien escritas son mías”, concluye Jorge Díaz. Y es que así, distendida, mordaz y cercana, fue la charla que mantuvieron los escritores con sus lectores durante algo más de una hora. Carmen Mola se abrió en canal ante los mojaqueros para mostrar las tripas de un fenómeno literario sin parangón en España. 

Hablaron de Las madres, la cuarta entrega de novelas protagonizadas por la inspectora Elena Blanco que esta vez tiene como tema principal los vientres de alquiler. “Es una vuelta a los orígenes de La novia gitana, porque durante la novela se resuelve un crimen”. Comienza con la aparición del cadáver de un hombre dentro de una furgoneta, en el que alguien ha puesto dentro un feto. ¿Quién es el hombre? ¿Qué ha pasado? ¿Quién es la madre?

Las madres es una novela negra, como las anteriores, pero reconocen que con el tiempo “Carmen Mola ha ido creciendo y las novelas son cada vez más complejas”. Pero no pretenden crear un debate social sobre la gestación subrogada, porque ni siquiera creen que ellos tengan tanta fuerza como para suscitar eso con un simple libro. Pero sí que les surgió un interés por ese tema y el proceso de escritura ha supuesto un viaje lleno de respuestas. “Lo que está claro es que siempre que hay intercambio económico aparecen mafias que se aprovechan de eso”, afirma Jorge Díaz.

Jorge Díaz, una parte de Carmen Mola.

Con trasfondo, sí, pero las novelas de Carmen Mola son, sobre todo, entretenimiento. Son defensores a ultranza de una literatura accesible para todos, que enganche desde el primer momento, alejada de la erudición. “La novela tiene que entretener y que el lector pase un rato fabuloso. Competimos con Netflix, videojuegos, etcétera. Por eso queremos hacer unas novelas con las que la gente sienta necesidad de llegar al final”, explica Agustín Martínez.

Durante este primer Encuentro Literario de Mojácar, los Mola respondieron a todas las dudas, una a una. ¿Cómo se escribe una novela a seis manos? “Somos guionistas de televisión y en ese mundo siempre se trabaja en colectivo. Diseñamos la historia entera entre los tres, hacemos un mapa detallado de lo que sucede en cada capítulo y ya luego nos los repartimos. Pero aquí lo más importante no es el sistema de trabajo, sino dejar el ego en la puerta cuando empezamos a trabajar”.

Sobre la polémica que se suscitó cuando desvelaron su verdadera identidad —hay que recordar que durante tres años vivieron a la sombra del seudónimo— admitieron que nunca la llegaron a entender. “Decir que firmamos con nombre de mujer porque así es más fácil tener éxito es irrespetuoso para las propias mujeres, para muchas compañeras que escriben magníficas novelas y no consiguen venderlas”, asegura Antonio Mercero. Y es que tras ganar el premio Planeta les llovió una auténtica tormenta de críticas en Twitter por ser hombres y usar un seudónimo femenino. “¿Qué somos tres señoros? Al principio me molestaba muchísimo, ahora lo veo hasta con cariño”, bromea Jorge Díaz.

Agustín Martínez, Mola.

Hablaron de futuro —están escribiendo un thriller histórico ambientado en el siglo XIX que se llamará El infierno y que se publicará en octubre—; de lo divertido que fue escribir La Nena (aunque al público le llamase la atención, pues es la novela más cruda de todas); de cómo fue esa gala del premio Planeta donde se quitaron la máscara y cómo eso ha cambiado su vida; y en general de cómo es la vida de unos peculiares escritores de éxito que pensaban que ya no podrían ni salir a la calle a comprar el pan —todo ello dicho en su habitual tono de broma— y que, sin embargo, pasan totalmente desapercibidos.

El evento terminó con más de una hora de firmas. Los Mola rubricaron ejemplares de todas sus novelas, sonrieron, se fotografiaron y conversaron uno a uno con sus lectores. Al final, los mojaqueros se fueron pensando que si Carmen “mola”, Jorge, Agustín y Antonio también (y mucho).