Colombia: el arte falso de la mafia

Un importante número de obras decomisadas a narcotraficantes no son auténticas

H. Salazar (Fax Press) / Bogotá

22 de enero 2009 - 05:00

Desde hace meses, expertos contratados por el Museo Nacional de Colombia analizan si dos cuadros incautados al narcotraficante Hernando Gómez Bustamente, alias Rasguño, fueron pintados por el flamenco Peter Paul Rubens o si son sólo imitaciones.

Si los supuestos Rubens fueran genuinos, cada uno de los cuadros podría valer 3 millones dólares en el mercado. Pero si los cuadros son imitaciones, su precio sería simbólico, según explica Omar Figueroa, subdirector de bienes de la DNE. El Museo Nacional ya ha dicho que al menos 378 obras decomisadas por las autoridades a supuestos narcotraficantes no son auténticas, entre ellas una que se presumía de Francisco de Goya y muchas de otros famosos pintores universales y colombianos.

El número de obras falsas decomisado a los narcos es considerable, si se tiene en cuenta que de las 455 incautadas en los últimos años, sólo se ha certificado la autenticidad de 47, la mayoría de las cuales están siendo exhibidas en el Museo Nacional. Se trata de óleos, acrílicos y grabados del mexicano José Luis Cuevas, del británico Thomas Hudson y de los colombianos Alejandro Obregón, Luis Caballero, Enrique Grau, David Manzur, Oscar Muñoz y Pedro Alcántara. Al igual que los supuestos Rubens, las autoridades aguardan el dictamen sobre la autenticidad de otras 30 obras.

Por ahora, las falsificaciones o imitaciones están guardadas en bodegas o son exhibidas en oficinas públicas, mientras los jueces extinguen definitivamente su dominio. Y ese proceso puede tardar varios años. Entre las falsificaciones o imitaciones hay hasta una pequeña escultura de un caballo del famoso artista colombiano Fernando Botero. Algunos de los cuadros falsos decoran las oficinas de la DNE en Bogotá. Son paisajes. Retratos, bodegones y pinturas de animales, decomisados a mafiosos que están muertos, presos, extraditados o fugitivos.

En el recibo del jefe de la DNE, por ejemplo, hay una serie de retratos que alguien firmó como si hubieran sido hechos por el famoso pintor colombiano Enrique Grau. Se trata de imitaciones de buena calidad. A primera vista, la gran cantidad de arte falso incautado indica que los narcotraficantes, en su afán por blanquear dinero y ascender socialmente, no siempre se asesoraron bien. Algunos mafiosos, sin embargo, contaron con la ayuda de galeristas y expertos que les vendieron obras genuinas. Pero esto parecería ser la excepción.

Sin rodeos, Lucía González, directora del Museo de Antioquia, en Medellín, explica que los narcos "compraron mucha porquería y mucha copia". "Realmente hay pocas cosas que valgan la pena", añadió, después de haber estado verificando el listado de obras que tiene a su disposición la DNE.

Otra experta en arte, que pide la reserva de su nombre, explica que muchos narcotraficantes "compraban 'arte' simplemente para decorar sus inmensas casas y apartamentos, pero sin saber mucho de los autores".

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