Conchita es la gran sorpresa de la música española, algo que tiene particular valor y significación porque es una artista diferente. Cantante y compositora de su propio repertorio, las canciones de Conchita mezclan ingenuidad, melancolía, fragilidad, enigma, minimalismo, ternura y fortaleza. En julio de 2007 publicó en España su álbum Nada más, y sus canciones agridulces han ido calando poco a poco, dejando un sabor que permanece.

Si su primer single Tres segundos fue un éxito popular, la canción Nada que perder, segundo single del álbum, ha superado todas las expectativas. Esta noche a las 23 horas actuara en la Plaza de la Libertad de la Puebla de Vícar, en un concierto gratuito.

"Las canciones de Nada más son retales de mi vida", dice Conchita, que bajo una aparente capa de inocencia, atrapa y seduce. Sencilla, tierna y con un punto naïf, es frágil y enérgica en su voz; dulce y con un poso amargo en sus letras; con una sensibilidad especial y con una inspiración como compositora difícil de encontrar.

"Me regalaron una guitarra y empecé a componer. Sin ninguna razón especial. Tampoco la buscaba. Simplemente salió" afirma, mientras nombra a Françoise Hardy, Henry Salvador y Edith Piaf como primeros recuerdos musicales de su infancia y a Jorge Drexler, Corinne Bailey Rae e Iván Ferreiro entre sus artistas admirados.

Nada más ofrece 13 canciones que buscan el encantamiento desde la naturalidad. "Creo que lo que hago es bastante sencillo, sobre todo las letras", dice. Producido por Juan Luis Jiménez (Presuntos Implicados) y con Antonio Vega (Nacha Pop) como invitado especial en la canción Y ahora qué ("He logrado uno de mis sueños: cantar con él"), Nada más no es comparable al trabajo de otro artista. Porque, como dice Conchita, «compongo para mí. No pienso en la gente ni en lo que quiero transmitir».

"No me esperaba nada de lo que está pasando y que fuese a ir tan bien", comenta la cantante, que es consciente del momento que vive la industria. "No es un buen momento para la música, pero hay gente muy válida que compone muy bien. Hay gente muy buena, pero muy poquitos huecos para la gente que estamos empezando. Yo creo que he tenido suerte, porque me han dado una oportunidad y me ha salido bien".

Conchita tuvo claro desde niña que la música era su pasión. "Yo tenía el sueño de dedicarme a la música, pero no era nada fácil lanzarse. He tenido que decidirme por la música y dejar el colegio donde daba clases a niños de primaria", sostiene.

La artista está muy orgullosa de haber comenzado a actuar en bares y garitos. "Si no pasas por esos locales no tiene mérito, porque en el fondo son como una facultad. Te ayuda a enfrentarte a un público, porque da muchas tablas y sobre todo tienes que hablar entre canción y canción. Cada vez que puedo me escapo a tocar en los locales donde empecé, tiene mucha magia y es importante saber lo que es eso".

Entre las expectativas de Conchita se encuentra disfrutar con lo que hace. "No me he puesto ninguna meta, sólo quiero dedicarme a esto y poder hacer una carrera. Me gustaría volver a sacar otro disco y que me fuesen bien las cosas. "De momento tengo canciones para hacer cuatro discos más. No paro de componer", dice Conchita, que está contenta por venir a Vícar.