Fernando Martínez López acaba de publicar la novela Los últimos recuerdos del reloj de arena. Acostumbrado a ganar casi todos los certámenes a los que se presenta, Martínez López narra una historia en torno al género policiaco que además se sitúa en Almería. Tiene grandes proyectos para el futuro y sobre todo mucha ilusión con lo que le apasiona, que es escribir.

-¿Cómo surge la idea de escribir esta novela donde el género policiaco es la característica principal?

-Me siento a gusto dentro de este género, ya he recurrido a él en novelas y relatos breves. Ahora vuelvo al mismo gracias a la editorial sevillana Premium. Son varias las ideas de las que parte esta obra, pero principalmente barajo los estragos que ha causado la crisis económica, los pecados de nuestra sociedad y la intolerancia en determinadas épocas o por ciertos sectores hacia la homosexualidad. Y también las distintas formas de amar. Aunque se trate de novela policiaca, quizá la más oscura y sórdida que he escrito, el amor aparece de forma subliminal.

-¿Cuánto tiempo le ha llevado plasmar una trama a priori muy interesante en forma de libro?

-Soy un escritor disciplinado y me cunde cuando me pongo a ello. Esta novela, actual y ambientada en Almería principalmente, no me ha exigido la documentación exhaustiva de otras de mis obras, por lo que la he tenido lista, con correcciones, en unos ocho meses.

-Sitúa la acción inicial en un barrio muy almeriense. Aunque hay mucha ficción, también parece que hay rincones que son fácilmente distinguibles.

-En el barrio de Nueva Almería, en efecto. Como he comentado anteriormente, el argumento se desarrolla en nuestra ciudad y por tanto se hacen visibles distintas localizaciones; es necesario que así sea para ubicar la acción y a los personajes. Aparte he querido crear una atmósfera asfixiante, una Almería asolada por una huelga del servicio de limpieza que la convierte en inhabitable, calles sucias y tóxicas como el mismo caso policiaco que ha de resolverse.

-La inspectora Gabriela Ruiz vuelve a la acción. Antes fue en Fresas amargas para siempre y ahora en esta nueva novela. ¿Qué tiene ese personaje que tanto le ha atrapado?

-Es peculiar, posee fuerza e intenta sobrevivir a su propia autodestrucción. Creo que literariamente da bastante juego. Pero no sólo ella, sino que en Los últimos recuerdos del reloj de arena también aparecen dos personajes fundamentales en otra de mis novelas, El jinete del plenilunio, que son el inspector Víctor Perea y el agente Juan Heredia. He querido crear un universo donde convivan todos ellos.

-¿Se podría decir que contaremos con una serie de libros suyos, al estilo de Pepe Carvalho de Vázquez Montalbán?

-Quién sabe, en este momento no lo tengo decidido, y también supongo que dependerá de la acogida que tenga Los últimos recuerdos del reloj de arena. Ahora mismo ya estoy enfrascado en otro proyecto con temática y personajes diferentes.

-¿Cuándo sale a la venta, cuándo llega a las librerías y cuándo la presenta oficialmente?

- Saldrá a la venta en la segunda quincena de septiembre. La principal presentación en Almería será el 26 de octubre en la Biblioteca Villaespesa, con el Centro Andaluz de las Letras, y me acompañará una gran lectora que seguro lo hará muy bien, Mari Carmen López Saracho. Previamente, el 30 de septiembre en San José, haré la primera presentación y tendré la suerte de que me acompañe la escritora y amiga Ana María Romero Yebra.