Acaban de cumplirse cinco años del rodaje de la película La Madriguera dirigida por el valenciano Kurro González y que protagonizaron Francisco Conde y Adriana Torrebejano. La cinta se grabó en unos decorados construidos en el Palacio de Congresos y Exposiciones de Níjar, ubicado en Campohermoso y también en la capital.

La cinta que fue producida por 32Historias se centraba en Carlos, un hombre cuya vida no había sido fácil. Las huellas de un pasado reciente le habían conducido a alejarse por completo de la gente, del mundo, a encerrarse en su casa por temor a cuantos habitan fuera: era agorafóbico.

En esa rutina solitaria que Carlos se fabricó para sobrevivir aparece una joven, Caterina, quién le recordará de nuevo al amor de su vida. Incapaz de asomarse al exterior y consciente de su irrefrenable necesidad, Carlos no quiere perder por segunda vez a su amor, y tratará de retenerla a toda costa.

La Madriguera es la historia de Carlos, un escritor al que un ataque atroz convierte en agorafóbico. Y es la historia de Caterina, una joven impetuosa que irrumpe en la vida de Carlos y se mete, sin saberlo, en la boca de un lobo que aparenta ser un cordero.

Sin embargo, La Madriguera trataba de comprender los motivos de Carlos y los miedos que le habían conducido hasta ahí: su punto de vista. En términos narrativos, se trataba de una película que apoyaba su estructura en las acciones de sus dos protagonistas, por lo que todos y cada uno de los elementos narrativos estaban integrados en la propia narración. En La Madriguera las palabras que no se pronunciaban eran más importantes y elocuentes que las que sí se pronunciaban.

Había un tercer personaje fundamental en la historia: la casa, la propia madriguera. Su estructura, sus espacios, eran una metáfora constante de la mente de Carlos. Era a un tiempo su refugio y su prisión, y por extensión la de Caterina.

La Madriguera era ante todo una película sobre el miedo. El miedo es siempre causa y origen de nuevos miedos. Es casi una tautología. Los padres que temen algo suelen trasladar sus miedos a sus hijos. Y estos a los suyos. Y sin querer, todos terminan generando ciertos miedos sobre quienes están alrededor. Carlos tiene miedo de cualquier cosa que suceda más allá de sus muros. Caterina tiene miedo a no alcanzar sus metas, a defraudar. Y pronto tendrá miedo de Carlos.

Francisco Conde, productor y a la vez actor en la película se mostraba estar muy contento con el rodaje de la cinta. “Tengo que agradecer a Fernando Contreras los maravillosos decorados que construyó en Campohermoso, una casa que por su estructura fue clave en la trama de la cinta” apunta Conde.

“El equipo técnico era íntegramente de Almería porque yo como almeriense apuesto por la industria en esta tierra. Tenemos en esta tierra una gente maravillosa y muy profesional” apuntaba el actor Francisco Conde.

La película participó en diversos festivales y tuvo una gran aceptación por parte del público y de la crítica. De hecho también participó en el Festival de Cine de Almería. Francisco Conde obtuvo grandes elogios por el papel que hizo en esta película junto a Adriana Torrebejano.