La Biblioteca Central José María Artero acogió a Francisco Villegas Rodríguez que, acompañado por su editor, Ángel Sánchez, de Editorial Sánchez, y de su amigo y fotógrafo, Carlos de Paz, presentó su primera novela, titulada Siete años después, en la que desarrolla una trama de investigación que busca restituir la justicia incluso después de que ya sea demasiado tarde para su protagonista. Antes de desarrollar algunos patrones básicos de la novela, Ángel Sánchez vino a subrayar la labor que hacen las editoriales pequeñas para editar a autores noveles, frente a la autoedición. Carlos de Paz recordó cómo Francisco Villegas y él entablaron una gran relación de amistad, “mientras trabajábamos en el proyecto de Las Canteras de las Estrellas, donde teníamos en la noche verdaderas epifanías con conversaciones sobre música”, bromeó.

La vinculación de la novela de Villegas Rodríguez con Carlos de Paz reside, según su autor, “en que sus imágenes (las del libro ‘Todo va Bien’, que sirvieron de telón de fondo en la mesa) y la novela me hacían pensar lo mismo, qué ha ocurrido antes para que esa foto salga así y qué ocurrirá después”. Ese devenir es el que marca la historia del libro.

Han transcurrido siete años desde que Estéfano Rinaldi se suicidase en la cárcel tras haber sido condenado por el asesinato de su exmujer y su hijo. Siete años en los que Ernesto, su mejor amigo, trata de superar la ausencia y el remordimiento refugiado en sus pacientes y su soledad. A riesgo de que su ordenada vida se pueda hacer añicos, Ernesto decide aceptar el encargo: revivir unos recuerdos dolorosos para colaborar en la investigación de un suceso ocurrido diez años atrás; encontrar una prueba con la que limpiar la memoria de su amigo; un indicio, una duda que respalde la fe en su inocencia.

“Es interesante enfocar los asuntos de forma distinta, me interesaba el tema moral de resolver algo desde distintos puntos de vista, buscando una justicia paralela, aunque sea tardía”, aseguró sin entrar demasiado en las claves para evitar hacer los siempre temidos ‘spoilers’.