Hannibal Laguna: vestidos de joyas y joyas de vestidos

Fátima Díaz

21 de septiembre 2009 - 05:00

Espectacular apertura de la tercera jornada de Cibeles Madrid Fashion Week con el desfile de Hannibal Laguna, quien despertó al todavía adormecido público (su desfile comenzó a las diez y media de la mañana) con una colección de vestidos de fiesta que rezuman elegancia, buen gusto y maestría en el diseño.

Con una imagen del edificio Metrópoli de Madrid en el fondo, las modelos desfilaron al son de los acordes de Por la puerta de Alcalá embutidas en sofisticados vestidos frágiles y cortos o deslumbrantes y largos pero todos ellos con un denominador común: el vestido-joya.

El diseñador ha logrado con la colección Los cielos de Alcalá, una línea cautivadora para la que se ha inspirado en ese espacio arquitectónico madrileño, del cual da fe en sus estampados con hojas de acanto que imitan las rejas de forja de la zona.

Trazos delicados, cinturas pronunciadas y vuelos amplios con ruedos de capote, en una colección en la que cada pieza es una joya única que lanza destellos de luz a base de barnices pintados sobre fondos cristalinos en plata, platino y oro sobre tejidos como el raso, el satén, el piqué de seda, la gasa y la organza.

El desfile tuvo un broche de lujo: las modelos vistiendo unas camisetas con el eslogan en inglés "Soy una real fan de la moda española" y unas coronas realizadas a mano con cristales de Swarovski, ideadas por la revista Elle para homenajear a la Princesa de Asturias, doña Letizia, por su apoyo a la moda española.

Francis Montesinos (última foto de la derecha), ya a mediodía, convirtió su desfile en un divertido espectáculo, en el que mezcla la indumentaria de diferentes razas, culturas y ritos en un batiburrillo difícil de describir, cuyo única característica común es la influencia en todas sus prendas del folklore y sus raíces, auténtica obsesión de este revolucionario diseñador, que en esta colección reinterpreta a su manera culturas como la afro, la mexicana o la japonesa.

Con una creativa puesta en escena a modo de altar mexicano en la que no faltaron iconos como la bandera de EE UU o una imagen de Marilyn Monroe junto a otra religiosa, el modisto mostró sobre la pasarela vestidos de gasa con estampados florales, blusones, pantalones bermudas y jerseys de punto, siempre combinados con sandalias de plataforma y tocados en los que están presentes las flores, las frutas y las plumas.

El bailaor Rafael Amargo recorrió por primera vez la pasarela ejerciendo de sombrillero para las modelos, dos de las cuales desfilaron con unos impensables vestidos de novia, no aptos para novias convencionales, tanto por su largo como por sus transparencias, también utilizadas por Montesinos en camisas y pantalones masculinos mostrados por Jon Kortajarena, en un desfile que concluyó con un zapateado de Amargo.

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