El IEA publica en dos volúmenes la poesía completa de Julio Alfredo Egea
Esta obra que ronda las 1.500 paginas será presentada en Chirivel el 4 de agosto, día en el que el poeta cumple 84 años · La obra incluye 17 poemarios, poemas inéditos y otros publicados en revistas
El próximo día 4 de agosto, el poeta Julio Alfredo Egea cumple 84 años. Será un día muy especial para este gran escritor y excelente persona puesto que en su pueblo, Chirivel, se presentará cuando empiece a anochecer dos volúmenes que recogen toda su poesía. El Instituto de Estudios Almerienses ha editado en dos volúmenes, cerca de 1.500 paginas donde se agrupan 17 poemarios, una antología temática con abundantes inéditos y una ultima parte titulada Largo es el tiempo, que agrupa su poesía inédita o publicada en obras colectivas y revistas.
Francisco Jiménez Martínez, experto en la obra de Egea, apunta en el estudio preliminar que ha realizado y que se incluye en esta Poesía Completa que “podemos contar con la publicación completa de una obra que posee un interés más que evidente, tanto por los valores literarios que encierra, como por los nuevos datos que su caso particular puede aportar a una historia actualizada de la poesía española de su tiempo”.
El profesor Jiménez Martínez mantiene que ‘Julio Alfredo Egea roza la condición de poeta silenciado, debido en buena parte a consideraciones partidarias. No obstante, en el ámbito provincial está considerado el escritor vivo más importante de Almería”.
El poeta de Chirivel afirma que “siempre he creído que la poesía es algo así como un milagro de inspiración, como un guiño de Dios entre la niebla. Casi todos mis libros, de alguna manera, tienen una unidad temática. Escribo por necesidad, obligado por una temática por la que siento gozo o dolor. A lo largo de la vida he llegado a creer que, sobre todo, mi poesía es una traducción de los asombros, de mirar uno a sus alrededores, del asombro cotidiano de ir descubriendo los seres y las cosas”.
Egea mantiene que “fui de los poetas que creyeron que nuestra poesía ayudaría a cambiar el mundo; yo sigo deseando que mi poesía sea, al menos, un pequeño rayo de espiritualidad que alumbre a un mundo deshumanizado, con la pequeña luz de mis versos”.
Sus primeros versos, los escribe Julio Alfredo Egea con 9 años. “Siendo niño, en la primavera de 1935, volví de una de las excursiones solitarias que hacía con frecuencia por la rambla de Chirivel, mi pueblo almeriense, y me encerré en el despacho de mi padre para escribir mis primeros versos, relacionados con árboles y pájaros. Fue el despertar a la literatura en versos ripiosos e inaceptables, aunque entre latidos de un corazón emocionado ante la belleza”.
“Poco después de aquellos primeros versos llegó la guerra, y supe del dolor de forma precoz y desgraciada, a través de medias palabras, dichas con miedo, del entorno, que hablaban de crímenes e injusticias. Viviendo en Granada, a donde se desplazaron mis padres después de la contienda, empecé, tras una primera posguerra tremenda, de gran aridez cultural, a educar mi sensibilidad poética, y a mediados de los años cincuenta empezaron a publicarse mis primeros libros”, recuerda el poeta.
“Mi vida ha sido una lucha por vivir en libertad de pensamientos y movimientos. Mis planes eran disponer de tiempo para escribir, leer y viajar, buscando actividades que no me ataran mucho y me dieran lo indispensable, económicamente, para vivir con dignidad y llevar a mi familia adelante”, asegura.
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