La Iglesia beatificó al cofrade de la Soledad y del Carmen Juan Moya

La Iglesia de Almería vivió el pasado día 25 el gran acontecimiento de la Beatificación del Deán José Álvarez-Benavides y de la Torre y 114 compañeros mártires de Cristo. Ante la presencia de unas 6000 personas llegadas desde distintos puntos de España, fueron elevados a los altares en una ceremonia presidida por el Cardenal Ángelo Amato y bajo la dulce mirada del Cristo del Amor y de la Virgen del Mar.

Con esta Beatificación, la Iglesia honra a sus mártires con culto público dentro de los límites de la diócesis, guardando con orgullo y admiración la memoria de los valientes héroes que en los años de la persecución religiosa en España morían confesando la fe católica. Los testimonios de los nuevos beatos no dejan indiferente a nadie, sus ejemplos y valentía son un verdadero estímulo que ayudan a fortalecer la vida cristiana.

Algunas cofradías de Almería también se han visto directamente enriquecidas y motivadas por el ejemplo de estos "Sembradores de Paz". Es el caso de las Hermandades de la Soledad y de Nuestra Señora del Carmen de las Huertas que comparten al beato Juan Moya Collado, laico martirizado con diecinueve años de edad, que estuvo estrechamente vinculado a ambas corporaciones y ligado por lazos familiares a las parroquias de Santiago y de san Sebastián, ambas bendecidas por la sangre de varios mártires.

La vida del joven beato estuvo marcada por su pertenencia a dichas hermandades y parroquias y por su constante participación en manifestaciones propias de la piedad popular como complemento a las atenciones caritativas que prestaba a los enfermos y desfavorecidos. Juan Moya no tuvo miedo a la muerte, porque su mirada estaba puesta en el cielo, hacia el gozo de la eternidad sin fin. Su sangre derramada viene a fortalecer la riqueza espiritual que posee la devoción tan arraigada en la capital hacia la Santísima Virgen bajo las advocaciones del Carmen y de los Dolores.