Inocencio Arias: "Hay alguna cosa que aún callo, pero la jubilación fue una liberación enorme”

El autor almeriense presenta el jueves a las 19 horas su libro ‘Esta España nuestra’ en el Salón de actos del Centro de Cultura de Cajamar, en el ciclo ‘Diario de los Libros’

Inocencio Arias estará el jueves en Almería para presentar su último libro.
Inocencio Arias estará el jueves en Almería para presentar su último libro.
Diego Martínez

15 de febrero 2022 - 21:15

El autor almeriense presenta el jueves, 17 de febrero a las 19 horas su último libro Esta España nuestra en el salón de actos del Centro de Cultura de Cajamar, en el ciclo Diario de los Libros que organiza Diario de Almería.

-Presenta en Almería su última obra Esta España nuestra donde con su particular pluma da una visión de ciertos hechos relevantes. ¿A su edad ya se puede permitir el lujo de hablar sin tapujos?

-En buena medida, es lo que intento. Por haber sido funcionario, hay alguna cosa que aún callo, pero la jubilación fue una liberación enorme. Ahora por ejemplo si el presidente del gobierno hace o dice alguna sandez (“vamos a salir más fuertes” al principio de la pandemia) puedes calificarlo de una afirmación estúpidamente triunfalista, pueril. Cuando estabas en activo no podías criticar ni a un subdirector general.

-Empecemos por la situación actual que se vive en Ucrania de total actualidad. Un hombre con su amplia carrera como diplomático cómo ve lo que está pasando.

-Simplificando: Putin está irritado porque cree que los occidentales le hemos hecho varios desaires, pero en el fondo de la cuestión es un tramposo, un fullero. Se niega a admitir que Ucrania o casi cualquier país cercano a el pueda ser verdaderamente independiente. El cree que tiene un derecho de supervisión sobre lo que esos países pueden hacer en el terreno internacional. Eso es inadmisible, por ejemplo le irrita que Ucrania pueda entrar en la Unión Europea y ve rojo si ese país se aproxima a la OTAN. Entonces inventa: jura y perjura que no quiere invadir Ucrania, que considera que debería ser una provincia rusa, pero coloca 100.000 soldados en su frontera con Ucrania, envía otros miles a Bielorrusia para poder invadirla por el norte y colocó otros cuantos en Crimea, por el sur. Si en los últimos ocho años ha invadido dos veces Ucrania, ¿ Qué pueden pensar los ucranianos? ¿ Qué los ha colocado allí para celebrar una verbena? No, que tiene intención de invadirlos o de crearles problemas.

-Volvamos al libro. ¿Qué tienen en común Pedro Sánchez y Donald Trump, de los que habla en un capítulo?

-Varias cosas. La primera que son dos mentirosos de postín. Trump más a menudo, pero Sánchez más sabroso. Miente sobre los pactos (“nunca llegaré a un acuerdo con Bildu. ¿Quiere se lo repita 100 veces?”), sobre su tesis, nos engañó con las cifras de fallecidos en la pandemia, con la existencia de un comité, asuntos gravísimos, y luego la traca final, sabiendo que la pandemia existía, alentó e impulsó la celebración de multitudinarias manifestaciones feministas, algo peligroso y casi criminal por la posibilidad de propagación. Hay bastantes más mentiras. Otras similitudes, han secuestrado a su partido, en el PSOE nadie que esté en activo respira, han polarizado enormemente el país, han tratado de domesticar al poder judicial, aprobado sin vacilar cosas inconstitucionales, la transparencia que predicaban no ha existido, las encuestas de Tezanos son una vergüenza por los serviles (dicen lo que quiere el señorito). Podría seguir en el paralelismo. Lo curioso es que socialistas que ridiculizan a Trump por esto o aquello no ven que Sánchez en bastantes cosas ha hecho exactamente igual.

-Franco también deambula por las páginas de su libro. El dictador en los tiempos que corren es ya algo muy pasado o cree que todavía hay personas que lo quisieran revivir.

-Lo volverán a agitar. Hay que recordarlo para que, por derivación, le caiga caca a la derecha. Hay que recordar a Franco pero no a Paracuellos del Jarama (donde el Frente Popular liquidó a 3.600 personas de noche en un mes), hay que hablar de García Lorca, asesinado por un bando, pero no de Muñoz Seca, asesinado por el otro, del bombardeo de Guernica pero no del de Cabra. Esta es la memoria histórica, algo sesgado y partidista. Aparte de dolorosamente divisorio.

-Cataluña es otro tema que no tiene fin. Con el panorama actual cómo ve el futuro para esa comunidad que lleva años solicitando ser país.

-Algunos de sus dirigentes solicitan eso. Pueden desearlo, con eso no se quebranta la ley, pero no pueden, tajantemente, no, dar un golpe de estado para conseguirlo. El que da un golpe de estado debe pagarlo. Acelerar los indultos de los que lo han perpetrado, sobre todo de personas que repiten que lo volverían a hacer, no conduce a ninguna parte. Ahora bien , nuestro presidente, sanchinfleando, es capaz de mirar para otra parte, si necesita los votos de los independentistas. Les firma las letras que sean.

-Usted que viajó tanto en su época de diplomático imagino que encontró personas que en cierta manera le marcaron. Dígame dos y por supuesto dígame una de las grandes decepciones.

-Marcarme no sé. Me impresionó el israelí Simón Peres y también el americano Baker. Pienso en las decepciones...

-Los toros tan queridos por unos y denoctados por unos pocos. Usted tiene claro la importancia de los toros en España. ¿Mirando hacia delante cómo ve el futuro de la fiesta?

-Hay nubarrones. La juventud acude a la fiesta con parsimonia a pesar de que es más barata que el fútbol. (Sacar los toros de la televisión achica la afición. Esto ha sido funesto) Luego está el tema político, en ciertas zonas de nuestro país la identificación de la fiesta con España y la bandera ha influido decisivamente en su prohibición, algo que es por cierto un tanto ilegal. Quieren huir de todo los que les una con España, “ve usted”, le cuentan a un extranjero, “aquí no somos como en España, aquí no hay toros”. Como en tantas otras cosas en el gobierno hay una quinta columna que hace este juego, un poquito por sentimientos animalistas y un mucho más por ganas de diluir la idea de España.

-Usted es un gran amante del cine, es más, también ha hecho cine. Desde hace muchos años siempre se habló de la crisis del cine y sobre todo del teatro. ¿Se hace buen cine en este país o hemos volcado la mirada ahora en las series tan de moda?

-Hay series buenísimas, americanas e inglesas, primordialmente, alguna española. El cine español es bastante mejor de lo que dicen sus detractores y algo peor de lo que piensan algunos profesionales llenos de auto complacencia. Yo veo mucho cine español. En los últimos años, bastantes de sus profesionales se han dado un tiro en la pierna, ha habido una obsesión con el guerracivilismo y criticar al franquismo y, en ocasiones, a la derecha. La ceremonia de los Goya cuando la guerra de Irak rozó el bochorno. Con esto se han restado espectadores. Pensemos en Vidas paralelas de un director, Almodóvar, soy testigo, aclamado en el extranjero, un buen cineasta. La película de buena factura discurre por una historia interesante y dos grandes interpretaciones, pero de pronto mete el tema de la memoria histórica y de las tumbas de los ejecutados por Franco. No hay la menor mención, una vez más, de los ejecutados por el otro bando. ¿Pueden extrañarse los productores de que un sector de los espectadores se retraiga? Se retraen.

-Qué gran etapa la de ser director general del Real Madrid. ¿Cómo la recuerda?

-Algo agridulce. Trabajar en una fábrica de sueños de habitantes de todo el planeta es muy interesante. Ahora bien, en mi época era el reino del cinismo, la palabra dada no existía en mi círculo y eso me exasperaba.

-Conoce bien al Rey Emérito Don Juan Carlos. Me gustaría saber su opinión sobre su marcha del país y también saber si usted le recomendaría volver.

-Yo creo que podría volver ya, un hombre mayor, de delicada salud y prácticamente desterrado. ¡Ya está bien!. Aunque el momento adecuado deben decidirlo el padre y el hijo. Don Juan Carlos no está condenado ni inculpado, no lo olvidemos, si se fallase en su contra sería algo censurable, pero si el fiscal dice que no procede los ataques tienen otra finalidad más profunda, el emérito está amortizado, se pretende socavar la imagen del hijo y de paso desprestigiar a la Constitución. Es el anhelo de los separatistas y de muchos podemitas. Quieren además que olvidemos el papel trascendental que jugó para traer y salvar la democracia. Yo lo viví, no lo olvido y le estoy agradecido.

-Biden era la gran esperanza tras el paso de Trump. Pero según su libro llegó triunfante pero algo ha cambiado desde su victoria en Estados Unidos. A qué obedece el ascenso y posterior descenso de Biden.

-Biden trajo orden y coherencia a la política de Estados Unidos. Muy visible en la exterior. Ahora bien, había despertado enormes expectativas en un momento muy delicado del mundo, pandemia, depresión, guerra fría. Tenía que decepcionar un tanto. Luego la forma en que se retiró de Afganistán, muy criticada aunque facilitó que nos marchásemos sin bajas los demás, ha empañado su imagen.

-¿Cómo lleva la jubilación de su profesión, aunque no para un momento escribiendo libros y participando en la radio y la televisión.

-La llevo bien. Me encantaba mi profesión, pero no la echo de menos. Hay momentos en que hay que pasar página. Escribo libros, tengo suerte, bastantes instrucciones serias como este periódico me acogen y se leen, voy a algún programa, no mucho porque me racionan las comparecencias, publico bastantes artículos. Suficiente para entretenerme y no estar tumbado en el sofá.

-¿Cómo ha pasado estos dos años últimos. Le recuerdo que el 20 de febrero de 2020 presentó su anterior libro en Almería. A los pocos días se cerró el país. ¿Cómo ha sido este tiempo para usted?

-Como el de muchos españoles. He pasado más tiempo en Vélez Blanco, al refugiarte en un pueblo tienes más tiempo para pasear, si tienes una cierta edad para recordar y pensar y, no me lo imaginaba, para poder ver series. Estar más tiempo recluido me animó a escribir este libro. Puedes investigar más en tus archivos y encuentras más tiempo. Le pude dedicar unos dos meses, ya concluido, a aligerarlo y amenizarlo. Intenté ser cuidadoso evitando los grupos, llevando la mascarilla, etc...Creo que los españoles hemos sido bastante disciplinados y menos negacionistas que otros, por ejemplo que en Estados Unidos.

-Creo que pasa unos días en Vélez Blanco en la tranquilidad que da ese paraíso. Hace unos días se ha anunciado una inversión para poner en valor el Castillo. Imagino que es motivo de alegría.

-Es fantástico. Es por lo que vienen suspirando varias generaciones. Personalmente, sobre todo, desde que me topé, sin saber que estaba allí, con el patio en el Metropolitan Museum de Nueva York en 1966. Me pasmó. Ahora solo falta que la Junta no venda humo en los plazos. En el pueblo hay gente que no se fía porque con el gobierno andaluz anterior también se anunció que empezaba pronto la restauración, con colaboración de Macael, etc.. y todo se estancó. La gente de los pueblos con pocos habitantes debe entender que hay prioridades pero no comprende que las cosas se eternicen. Se vuelve escéptica.

-El 20 de abril cumple 82 años y no los aparenta. Con esa edad que es lo más que le gusta: la tranquilidad, las reuniones con amigos, comer bien, pasear, ver cine o escribir.

-Es una buena definición de mi estado actual. Aunque olvida usted el Real Madrid y la selección en Catar en el Mundial que nos debería dar alguna satisfacción aunque no parece que pueda repetir lo de Sudáfrica. El Almería también debería dárnosla metiéndose en Primera. Me empieza a dar pereza, sin embargo, viajar, sobre todo en avión.

-¿Sigue aumentando la colección de pajaritas en su armario? Dígame por que ese amor a la pajarita y no a la corbata?

-Ya no me compro porque al estar jubilado y usar menos la corbata tengo menos fechas para llevarla. Con todo, aún me siguen regalando, algunas, lamentablemente, ya hechas.

-¿Cómo presagia que será el futuro de este país, después de esta pandemia que ha cambiado las mentes y los planes de casi todos?

-Saldremos adelante aunque no con el triunfalismo o los plazos que pregona el gobierno. La recuperación será menos rápida. Todas las instituciones serias contradicen al gobierno. Solo hay que ver nuestras cifras de paro, de deuda (que mis hijos y los de usted tendrán que pagar), de déficit, de abandono escolar, de absentismo laboral son de las peores de Europa. Sacar pecho resulta ridículo cuando no patético. En muchos indicadores estamos peor que Portugal, esto es nuevo. Recuerdo cuando el juvenil Zapatero intuía que íbamos a pasar a Francia ( ? ). No se sabe, como en otras de sus frases, si tenía sentido del humor o le gustaba soñar.

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