Cultura

Internos de El Acebuche aprenden a hacer esculturas con un artista belga

  • Francisco Wuytack, afincado en Las Negras, imparte dos días por semana un taller de escultura en la prisión Satisfacción de los presos que lo consideran 'una buena terapia'

'El saber no ocupa lugar' es la frase que se puede leer en el libro que está esculpiendo en piedra Antonio F.C. uno de los internos de la prisión de El Acebuche que participa en el Taller de escultura que imparte el artista belga Francisco Wuytack, afincado en Las Negras. Los participantes en el taller consideran una buena terapia, porque sirve para tener la cabeza ocupada y pasar el tiempo creando algo con sus propias manos.

Samuel L. es químico de profesión y participa en el taller. "Jamás antes había hecho nada en piedra y en dos semanas he conseguido hacer un delfín. Esta es la mejor terapia que tenemos aquí dentro de la prisión", apunta. Se encarga también del taller de modelado donde también hay otros internos que participan haciendo trabajos con cartones.

Antonio F. explica que "ya que estamos aquí, estamos aprendiendo cosas muy interesantes. Estoy muy contento de haber conocido a Don Francisco, que es un buen señor y un buen maestro". Francisco Wuytack que apunta que "el arte es una terapia de sentimientos y emociones" subraya que "excepto uno, el resto no había trabajado nunca con la piedra. En pocas sesiones han aprendido la técnica y estoy muy contento con el trabajo que están realizando".

Miguel Ángel de la Cruz, director de El Acebuche está muy satisfecho de este taller que lleva a cabo Francisco Wuytack. "Fruto de la colaboración de Francisco, aquí en la prisión conocido como Paco, surgió la idea de hacer este taller. Vimos que era una persona con una sensibilidad especial a la hora de entender su relación con las personas que tienen problemas como son los reclusos. Y luego eso unido a su faceta de artista, pues intentamos unir ambas cosas para ver como podía dar ese efecto terapéutico como voluntario del centro".

"El día 1 de mayo comenzó este taller con la participación de varios reclusos, siendo la primera vez que se hacía. La experiencia es muy positiva, Francisco está muy contento, los reclusos mucho más y nosotros como responsables de El Acebuche, creemos que se está haciendo una gran labor. Esperemos darle continuidad a este taller, y cuando Paco no esté por sus continuos viajes contaremos con algún alumno aventajado para que continúe con su labor", dijo De la Cruz.

"Se está produciendo un gran diálogo con la piedra por parte de los participantes en el taller", subraya Francisco Wuytack. Otro de los reclusos, Joaquín P. trabajaba ayer en una obra que evoca a la libertad. "Aparecen varias caras y las cadenas. Estoy muy ilusionado con acabar esta obra, y sueño que llegue el día para estar con Don Francisco", explicaba el interno. Los martes y viernes por las mañanas, el artista belga acude al Acebuche para encontrarse con sus alumnos. "Debería hacerse un taller de escultura permanente en la prisión todo el año".

Juan Águila es un interno de Olula del Río que ayer estaba limpiando la piedra, pero que estaba meditando que figura iba a hacer. "Quiero poner a mi hijo y a mi hija y otras cosas que no quiero comentar". Águila considera a Bacares como su segundo pueblo. "Yo soy el único que antes había trabajado la piedra, y de hecho había hecho muchas esculturas. La idea de este taller surgió hace dos años y el director de la prisión, Miguel Ángel de la Cruz se ha empeñado y hemos tenido la suerte de dar con Francisco Wuytack para impartir sus conocimientos".

Francisco Wuytack es miembro de Capellanía de Pastoral Penitenciaria. Nació en 1934 en Sint Niklaas en Bélgica. Hizo estudios superiores de arte en Bruselas y estudió Filosofía en Gante, Laboratorio de Mármol en Carrara (Italia), fundición de bronce en Pistioa (Italia) y Barcelona. Trabajó tres años en la restauración de monumentos en Bélgica como la Catedral de Amberes. Vive actualmente en Las Negras.

En otra sala de El Acebuche ayer se inauguraba una exposición de pintura del interno José Álvarez Soto. Miguel de la Cruz, director de la prisión, asistía a la apertura de la muestra. Álvarez dedica gran parte de su tiempo a la pintura. Suele dar a cada una de sus obras su estilo propio y más personal.

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