El docudrama Un día en prisión se estrenó ayer en la prisión de El Acebuche. El salón de actos registró un lleno por parte de internos y funcionarios para disfrutar de esta cinta de ocho minutos dirigida por Conchi Cruz y protagonizada por José Antonio Fernández junto a los presos Joaquín Fernández, Ángel Martín, Larry Kwarteng, Emilio Pérez y Nicolae Stan.
Este corto muestra una imagen totalmente diferente de lo que la gente piensa que es un centro penitenciario. Muestra que entre sus paredes hay personas que por motivos personales, sociales, culturales han sido llevados al extremo de tener que infringir las normas sociales para subsistir y sobrevivir en la misma.
La realización del corto corrió a cargo de Mauro Moltó y el director de Fotografía, Noel Cano. El maquillaje y la peluquería corrió a cargo de Isabel Rodríguez García, Elizabeth Villegas Villegas y Marta Blanco Pelegrina.
Miguel Ángel de la Cruz, director del Centro Penitenciario del Acebuche aseguraba que "es un corto con mucho contenido, que transmite muchas inquietudes. Refleja los sentimientos de una persona que se ve impotente ante muchas situaciones que le han traído a prisión, y manifiesta una gran impotencia ante una serie de acontecimientos, viéndose sin instrumentos para poder salir de la cárcel".
Según Conchi Cruz la idea de hacer este cortometraje surgió en un conversación con el interno José Antonio Fernández y el profesor Jorge Juan Tijeras. "Me sugirió la realización de un pequeño reportaje para conocer las diferentes vivencias, emociones, sentimientos, experiencias que se viven dentro de la cárcel, una situación complicada y difícil, ya que están totalmente privados de libertad, excluidos de la sociedad, sufriendo un castigo por actos que han cometido, y que son considerados nocivos, perjudiciales para la sociedad".
"Esta idea fue transmitida a un maestro que colaborando con dicho interno fueron elaborando un pequeño guión, donde él expresa sus emociones más íntimas, sus reflexiones de su situación, realizando una descripción psicológica donde muestra sin tabúes, ni prejuicios que sensaciones le produce el hecho de permanecer encerrado, que consecuencias conlleva esa rutina tan sistematizada y mecanizada", comenta Cruz.
La directora de la cinta apunta que "el guión está plagado de sustancia, es decir, narra de un modo literario unas reflexiones profundas, sinceras, incluso tiernas de lo lamentable que es vivir cohibidos, atrapados, presos ya no sólo de una institución penitenciaria, sino de sí mismos, donde van perdiendo su vida, su existencia, se limitan a obedecer, a estar totalmente mecanizados, con unos horarios marcados, impuestos, sin casi poder expresar sus emociones, sus tristezas y alegrías, alejados de sus seres queridos y envueltos en una convivencia ruda".
Otra parte primordial que pretende el corto es "lograr que la convivencia sea mejorada, ya que hoy día tenemos que aprender a convivir con un crisol de culturas diferentes, opuestas y que hay que reconocerlas, saber de ellas para no discriminarlas ni excluirlas sino valorarlas como una parte esencial para el enriquecimiento de las personas, ya que en una sociedad globalizada, con los medios tecnológicos que se poseen, los medios de transporte, el fenómeno de la inmigración, la crisis mundial que está afectando a las economías familiares, todas estas situaciones y muchas más es positivo conocerlas para que de un modo colaborativo, participativo logremos sobrepasar los malos momentos" explica Cruz.
En resumen, la cinta Un día en prisión pretende mostrar los sentimientos, pensamientos, reflexiones e inquietudes de un interno en un centro penitenciario, sin que ello signifique adentrarse en los aspectos morbosos de la situación.
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