LA COCINA | CRÍTICA
Cuando el ego creativo se inflama
Rafael leopoldo aguilera. escritor
Acaba de publicar la obra El espíritu indaliano, un ensayo novelado donde Rafael L. Aguilera cuenta las virtudes del polifacético Jesús de Perceval, fundador del Movimiento Indaliano. Con esta publicación, Aguilera se suma al testimonio que Almería debe rendir permanentemente, tanto académicamente como a pie de calle, durante el 2015 con motivo del Centenario del nacimiento del insigne pintor almeriense.
-¿Piensa que valorado el trabajo de Jesús de Perceval en su provincia?
-No. Jesús de Perceval fue un genio, un hombre cuya inteligencia cubierta de sabiduría y sapiencia implementada en sus obras pictóricas y escultóricas y en sus intervenciones literarias, deberían haber tenido y tener una mayor proyección divulgativa y académica. Pero estamos a tiempo, que en este año, con motivo del centenario de su nacimiento, junto con el de Celia Viñas, las entidades públicas y privadas se vuelquen en poner en valor añadido a ambos personajes públicos cruciales para entender nuestra milenaria Almería.
-¿Qué quiere resaltar con este homenaje?
-He querido de forma humilde, contribuir a alimentar los sentires de los almerienses por tan preclaro hijo de Almería, a la que Almería, Andalucía y España le debe mucho, y poder seguir ampliando el hecho cultural entorno a Jesús de Perceval como la persona más importante del siglo XX en Almería con la puesta en marcha del Grupo y del Movimiento Indaliano.
-¿Qué le ha llevado a desarrollar esta obra?
-Pues que Jesús de Perceval es el claro signo de nuestra identidad almeriense; él y todos y todas cuantos integraron el Movimiento Indaliano, y que hoy, al día de la fecha, tenemos representantes distinguidos que aportaron su prestancia, saber y entender a esta provincia almeriense iluminada por el caliente y colorido Sol de Villalán-Portocarrero y las fragancias de sus áridos campos y del azul mar mediterráneo representado por el Indalo.
-¿Con qué Perceval se queda, el pintor, el escultor o el 'agitador' cultural?
-A Jesús de Perceval hay que analizarlo, describirlo y valorarlo en su todo, todo en él era arte, duende, embrujo, sentimiento y sensibilidad. Aunque desde una perspectiva pictórica, siempre estará en mi pensamiento dos cuadros, La degollación de los inocentes y La huída de Málaga, y La bellísima y Fuente de los Peces, supuesto "el Señor de Almería", el catedralicio Santísimo de la Escucha de la madrugá almeriense, amorosamente realizado por la gubia divina de sus manos, junto a la otra efigie que lleva el nombre más evangélico, el Santísimo Cristo del Amor del Martes Santo. Por supuesto, él y quienes pusieron su estadio cognoscitivo al servicio de los intereses generales y sociales de Almería, fueron en su conjunto, la pasión cultural más vertebradora en el pensamiento almeriense.
-¿Considera necesario un Movimiento Indaliano en esta época?
-Sí, claro que sí, Almería necesita una Real Academia.
-¿Qué se va a encontrar el lector en su obra?
-Algunas pinceladas con gran sentimiento de respeto y consideración a Jesús de Perceval y con una halo de nostalgia y romanticismo en torno a su figura y todo lo que pudo ser Almería y no fue, y que gracias a Él y a personas con sus mismos ideales de gran calado humanitario y arrimando el hombro con pasión en momentos de mucha complejidad, llevaron y llevan el nombre de Almería con mayúscula.
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