Cultura

Juan Francisco Iborra presentó su último libro en el Castillo de Roquetas

  • 'Para que el viento no borre tu nombre' hace un recorrido por la historia de una familia en el siglo XX

Juan Francisco Iborra Rubio presentó su libro Para que el viento no borre tu nombre en el Castillo de Santa Ana en Roquetas de Mar. La obra de 364 páginas ha sido editada por el Instituto de Estudios Almerienses. En el acto de presentación estuvo el concejal de Servicios Sociales, José Galdeano, así como el responsable del Instituto de Estudios Almerienses, Francisco Alonso.

Juan Francisco Iborra explicó que "este libro está hecho desde el cariño y el respeto a las personas que nos han traído hasta aquí, especialmente a nuestros mayores. Otra de las intenciones que tiene el libro es darle voz a esas personas que nunca tuvieron tiempo para hacerse oír, porque estaban más ocupadas en sobrevivir. Por otra parte, es un homenaje a todas las historias que he escuchado desde niño, tanto en mi casa, como en casa de mis amigos, etc", subrayó el autor de la obra.

"El primer libro consiste en domesticar un animal salvaje, en domar los impulsos y pensamientos que se agrupan en la cabeza", afirmó Iborra al tiempo que fue leyendo algunos fragmentos de la obra.

La obra narra la historia de una familia almeriense a lo largo del siglo XX. Se concentra en la figura de Francisco, el hijo de un marino que queda huérfano de madre a los cinco años y se cría con unos parientes hasta que empieza a trabajar por su cuenta con once años. A los dieciséis ya había emigrado a Argelia y llevado a cabo su primer viaje a Argentina para reencontrarse con su hermana y perder definitivamente a su padre.

La novela recorre parte de los itinerarios de la emigración almeriense de finales del siglo XIX y el primer tercio del XX, mostrando sus logros y miserias. Los principales acontecimientos históricos de este periodo se entrecruzan así mismo en la vida de los protagonistas, sin que ellos sean con frecuencia conscientes de su importancia.

Lo más interesante reside en el hecho de que Francisco es uno de los raros casos que decide invertir lo que ha ganado fuera en su propia tierra para romper la inercia que ha asolado la provincia en los últimos siglos. Su determinación y la combinación de trabajo e inteligencia para llevarlo a cabo influirán en el resultado final.

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