Cultura

Juan Manuel Gil: "A la nostalgia hay que atarla muy en corto, especialmente en literatura”

  • El autor almeriense presenta mañana a las 17 horas en la Biblioteca Central ‘José María Artero’ su última obra ‘Trigo limpio’ con la que ha obtenido el Premio Biblioteca Breve de Seix Barral

Juan Manuel Gil, escritor almeriense que presenta hoy su última obra ‘Trigo limpio’.

Juan Manuel Gil, escritor almeriense que presenta hoy su última obra ‘Trigo limpio’. / Iván Giménez-Seix Barral

Presenta en Almería, su ciudad natal, su última obra Trigo limpio, con la que acaba de conseguir el Premio Biblioteca Breve 2021 de Seix Barral. El acto será mañana jueves a las 17 horas en la Biblioteca Central José María Artero. Estará acompañado por Pepe Céspedes, su amigo y lector.

-Acaba de ganar un prestigioso premio literario de la editorial Seix Barral. ¿Cómo le ha sentado?

-Lo he vivido con muchísima emoción. El jurado estaba formado por escritoras y escritores a los que he leído con una admiración casi apostólica. Y la editorial, Seix Barral, aglutina un catálogo que ha dado calidez y luz a mi biblioteca desde hace muchísimos años. Este premio reconoce, por supuesto, el valor de la novela que acaba de llegar a las librerías. Pero en el plano más personal, más intimo, supone un reconocimiento al trabajo, a los madrugones, a la pasión y al rigor con el que uno intenta enfrentarse a la tarea de escribir. Sin duda alguna, es uno de los momentos más hermosos de mi trayectoria literaria.

-’Trigo limpio’ es la obra cuya portada se ve en escaparates de librerías de España. ¿Cuánto tiempo le ha llevado escribir esta obra?

-El proceso de escritura coincidió con dos hechos que han marcado mi vida de un modo indeleble. El nacimiento de mi hija y, algunos meses después, la declaración de una pandemia. Ambas cosas supusieron, por distintas razones, obviamente, un seísmo emocional que intenté canalizar de la forma que suelo hacerlo: escribiendo. Tardé más de un año en dar por terminada esta historia. Pero nunca antes escribí con tanta intensidad y disciplina. Nunca antes dediqué tantas horas diarias a trabajar un texto. Y nunca antes fui tan feliz mientras intentaba alcanzar la última página.

-¿Cómo surge la idea de plasmar una historia fascinante como la que narra en la novela?

-El origen de esta historia está en mi deseo de reflexionar sobre la fascinación que la literatura es capaz de generar en el lector. Una fascinación que quizá sea equiparable a la que se esconde detrás de la mirada de los niños. Por eso anudé una cosa con la otra: la historia de unos preadolescentes en su barrio a comienzos de los años 90 y mi amor por los libros, por las historias orales o escritas, por esa mágica alucinación que es capaz de activar la lectura. Desde que escribí la primera palabra supe que habría algo irrenunciable: disfrutar escribiendo para que el lector disfrutara leyendo.

-Ese tono divertido que usted posee en su vida personal parece que lo ha trasladado con maestría a esta obra.

-La voz narrativa de Trigo limpio se inspira en gran medida en mi propia voz. Y esa voz tiene muchísimo de mi sentido del humor, pero también de mi amor por la literatura, de mi trabajo como escritor y, sobre todo, del punto de vista con el que intento aproximarme a casi todo lo que me rodea en mi día a día. No ha sido fácil encontrar esta voz narrativa, a pesar de que estuviera tan próxima. He tenido que escribir muchas otras historias antes que esta. Presiento que esta voz me permite profundizar en algunas preguntas que me acompañan cuando me siento a escribir. Y la literatura es, en buena medida, eso: preguntarse.

-Todo indica que es una historia que fascinó al jurado del certamen. ¿Esperaba esa acogida tan unánime?

-Tenía una gran confianza en esta nueva historia. Estaba francamente contento con el resultado y de ahí que me animara a participar en el certamen. Pero lo de ganar era algo que solo barajaba cuando estaba a punto de conciliar el sueño. En aquellos días, era más un delirio que una posibilidad real. Pero la vida tiene estas cosas, ¿no? Sucede. Se impone. Y, a veces, hasta se atreve con los sueños de uno.

-Echa la vista atrás y eso podría indicar que ha hecho un ejercicio de nostalgia. ¿Creo que precisamente huye de ello?

-Hay nostalgia en la novela. Pero creo que de una manera muy controlada. Siempre digo que a la nostalgia hay que atarla muy en corto, especialmente en literatura. Es muy fácil incurrir en la idealización y eso en la escritura que me interesa es una catástrofe absoluta. Creo que la manera en que he guardado el recuerdo de mi infancia me permite no pringarme con la melaza de la nostalgia: en aquel tiempo hay aventura y transgresión; felicidad y violencia; euforia y miedo.

-¿Qué supone ganar el premio Biblioteca Breve de Seix Barral? ¿Por qué ese título de la obra?

-Ganar este premio supone reconocimiento literario, llegar a más lectores y vivir una experiencia que se revitaliza día a día. Pero también, y esto es importante, trae tiempo y serenidad para mi escritura. En cuanto a este título, nace del sentido del humor del que hablábamos antes. Una novela en la que nada ni nadie es lo que aparenta ser, no se puede llamar de otra manera: Trigo limpio. La confusión empieza en el título y en la imagen de la cubierta. Haría bien el lector en desconfiar de lo que pueden parecer certezas inmutables a lo largo de esta historia.

-Imagino que sigue trabajando en futuros proyectos. ¿En qué está ahora, aparte de promocionar Trigo Limpio?

-Trabajo en mi próxima novela. Está en una fase embrionaria, pero ya intuyo por dónde y cómo quiero progresar. No tengo prisa. Mi único interés es dedicarle el tiempo que demande el propio relato. Y, nuevamente, disfrutar de la escritura. Porque ese sí que es mi verdadero momento.

-La obra la presenta en Almería. Imagino que supone una ilusión especial hacerlo en la ciudad donde nació, rodeado de amigos.

-Siempre es un evento muy especial la presentación de mis libros en esta ciudad. Es el momento de mirar a la cara a los lectores, intercambiar impresiones, contestar a sus preguntas. Tomar conciencia de que el libro ya no me pertenece. Se ha emancipado. Es una de las partes de proceso que más me gustan. Además, lo hago en compañía de un gran amigo, Pepe Céspedes. Para mí, un lector talismán.

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