Cultura

Judith Sánchez Villanueva, ‘la profe’ que fue modelo y disfruta escribiendo

  • La autora, nacida en Barcelona, aunque con dos años se vino a Almería es madre de Alex, un ser muy especial, y de Hugo

Judith Sánchez Villanueva lleva diez años publicando libros que tienen una gran acogida.

Judith Sánchez Villanueva lleva diez años publicando libros que tienen una gran acogida. / Diego Martínez

Judith Sánchez Villanueva nació en 1981 en Barcelona, un día que además nevaba. Sus abuelos paternos eran de Adra y emigraron a Barcelona. Sus abuelos maternos eran de Santander y Teruel y también se marcharon a Barcelona. Por temas de trabajo, la familia regresó a Almería cuando Judith tenía dos años.

Vivió en Roquetas de Mar y en los Llanos de Vícar, donde hizo sus primeros estudios. La joven Judith estudió en el IES Puebla de Vícar. “Somos una familia muy humilde”, rememora la profesora y escritora. La poesía y los cuentos siempre han formado parte de su vida. “Desde muy niña escribía muchos poemas y cuentos”.

Tras acabar el Bachillerato, tiene en mente estudiar Biología. “Yo quería trabajar en un zoológico, pero mi situación familiar y económica no me lo iba a permitir. Pensé incluso irme a Barcelona a casa de mis abuelos”. Al final me quedé aquí en Almería y como me gustaban mucho los idiomas y la enseñanza estudié Magisterio de Lengua Extranjera”.

Con 16 años ya daba clases particulares para obtener un dinero para sacarse el carnet de conducir. Desde muy joven ha sido una trabajadora nata, y siempre tuvo facilidad para los idiomas. Curiosamente, Judith siempre seguía escribiendo, pero lo hacía para ella. “La muerte en un accidente de tráfico de dos primas mías en Barcelona marcó mi vida. Luego se fue mi abuela, y luego un tío mío. Y dediqué muchas poesías a todos ellos”, recuerda.

Una vez finalizada la carrera la destinan a Jerez de la Frontera, luego estuvo dos años en Dalías. “En ese tiempo ya era madre y no dormía por las noches. La carretera tenía mucha niebla y lo pasé mal ya que iba a diario desde Aguadulce a Dalías”. Luego llegaría a impartir clases en Aguadulce, El Viso en La Mojonera y definitivamente acabó de nuevo en Aguadulce.

Cuando su hijo Alex cumple dos años, le detectan autismo. La doctora Rosa Ventoso le diagnosticó autismo clásico. “El futuro no te lo predicen, pero si nos dijo que tenía perspectivas”. “Se que tiene altas capacidades en muchas cosas, pero en otras tiene unos handicaps, a los que habría que saber sacarle partido”.

En el año 2012, publica su primer libro Andy: La Isla de Iris. “Ese libro me sirvió de terapia, contando historias que me habían marcado y también haciendo referencia a personas muy influyentes en mi vida”. Precisamente, Judith recuerda que “la primera película que ví en el cine fue Peter Pan, y eso me marcó mucho, ya que de hecho yo no quería crecer”.

Su segundo libro es Andy: el lado oscuro. En esa obra Andy es una niña peculiar que, a partir de un verano en Santorini, junto a sus abuelos y su hermano pequeño Álex, descubre una cueva. Desde ese momento, surgen multitud de aventuras.

Luego llegarían Los bailarines del espacio. “Siempre quise ser bailarina de ballet desde muy pequeña”. Los bailarines del espacio es una obra juvenil que surgió de forma espontánea y que lo escribió para trabajar el mundo de los sueños de la infancia, conectarlos con el presente de adultos.

“Tras mi formación en reiki y chi kung, se me ocurrió que a través de la fantasía se pueden trabajar aspectos también importantes para el desarrollo personal. El mundo de estos niños espaciales y especiales nos lleva a estar viviendo múltiples aventuras”, apunta.

Seguidamente aparece Érase una vez un jardín, un oso y un hada, una obra infantil que surge de forma inesperada tras un período de reflexión. “Lo escribí para trabajar el mundo de las emociones personales en niños y no tan niños”.

Sin duda, una de las obras más importantes que ha escrito Judith Sánchez es TEA-DORO. “Me costó trabajo sacarlo, no escribirlo. Lloré mucho escribiéndolo”, sostiene al tiempo que la obra tiene un claro mensaje y es que “tenemos que ser padres, no terapeutas, ni entrenadores personales”.

La última publicación ha sido El increíble mundo de Sara. La protagonista da un toque de atención en el mundo de las apariencias, el real, el de los sueños. Judith lo escribió para mirar el mundo de las diferencias individuales, “desde la infancia, desde la perspectiva de madre, maestra y mujer. Para poder conectar con nuestro presente de adultos y, además, por qué no decirlo, darle sentido al destino, que a veces nos parece absurdo. Tras mi experiencia de vida, descubrí que una persona se puede transformar y adaptar a múltiples circunstancias”, sostiene.

Hubo una época en que Judith Sánchez Villanueva fue modelo de fotografía y participó en algunos desfiles. “Fue una etapa de mi vida, que ya era madre, y disfrutaba mucho posando pero además también aprendiendo ese mundo. “Me llamaron de la revista Interviú y salí en sus páginas. Eran unos concursos de verano que hacía la revista y al final salí en aquella revista, que ya no se publica”.

Sus fotos en aquella revista le acarreó ciertos problemas en el centro educativo donde era profesora. “Me tacharon de revolucionaria y ligera de cascos. Me dio igual lo que dijeran. Eso fue una época de mi vida y de hecho siempre tuve el apoyo del padre de mis hijos”, sostiene. Ahora seguirá escribiendo y seguirá impartiendo sus clases y volcada en Hugo y Alex, sus dos hijos. El futuro es suyo y la suerte le acompañará en su vida.

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios