Kina Jiménez visita el Conservatorio de Danza nuevo que lleva su nombre

Kina Jiménez, una de las figuras más importantes de la danza en Almería, realizaba ayer una visita al nuevo Conservatorio de Danza que lleva su nombre. A primera hora, aparecía Kina, que es querida y admirada por todos los profesores, ya que muchos de ellos fueron alumnos suyos, y disfrutaban de los desayunos que cada año organiza la propia Kina Jiménez.

El desayuno para más de 40 profesores fue a base de dos grandes bizcochos y varias tabletas de chocolate. Kina fue aplaudida por los profesores lo que le provocó que rompiera a llorar de emoción. Esta gran profesional de la danza no podía ocultar su alegría, ante la apertura del nuevo centro, que se encuentra en la zona de la Vega de Acá.

El viernes arranca el curso en este nuevo Conservatorio de Danza. Kina Jiménez sostiene que “no me creo que yo esté viendo este nuevo centro. No esperaba verlo en vida como lo estoy viendo, ni vivirlo como lo estoy viviendo. El sueño que yo tuve en aquellos tiempos se ha hecho realidad”.

Kina recordaba donde tuvo la primera escuela cuando no había conservatorio en Almería. “En la alcoba de mi casa, puse yo la primera escuela. Puse un tablao de aglomerado, una barra y un espejo y empecé a dar clase. Mis primeras alumnas fueron las dos hijas de Carlos Pérez Siquier”.

Kina Jiménez destaca el excepcional grupo de profesores del Conservatorio de Danza. “Son muy buenos y muy jóvenes”. “Los conozco a casi todos, porque la mayoría han sido alumnas mías. Sonia Miranda canta de forma maravillosa; Francis Hernández es un guitarrista excepcional. Hasta hace poco hemos contado con Antonio ‘El Niño de las Cuevas’ y contamos también con la almeriense Inma Garrido que ha trabajado en el ballet de Antonio Gades y ha recorrido medio mundo. Una gran figura”.

En este sentido explica la satisfacción que le produce llegar al Conservatorio y entrar en las aulas. “Cuando entro en un aula lo que veo es un espectáculo. Hay cantaores, guitarristas y baile. Es algo maravilloso”.

También elogia el trabajo del arquitecto que ha realizado el nuevo Conservatorio de Danza. “Ha sabido lo que nosotros necesitábamos. Las aulas tienen los techos muy altos y no habrá problemas en los saltos y luego no hay columnas en el centro de las aulas, lo cual facilita la enseñanza de la danza”.

De momento, Kina Jiménez está orgullosa de salir a la calle y ver la placa en el nuevo Conservatorio que lleva su nombre. Es feliz y asegura que tiene una colección de vestidos que tiene pensado cederlos al nuevo centro. “Hay vestidos muy bonitos”.