El Marco Polo de Castilla

La Fundación El Legado Ansalusí edita 'Viaje a Samarkanda', el diario donde el noble González de Clavijo dejó constancia de su periplo con fines diplomáticos en 1403

Necrópolis de Shah-i-Zindah en Samarkanda, que da una idea del esplendor del corte de Tamerlán.
Necrópolis de Shah-i-Zindah en Samarkanda, que da una idea del esplendor del corte de Tamerlán.
G. C. / Granada

20 de enero 2010 - 05:00

Ruy González de Clavijo fue el Marco Polo de Castilla. Pero no tuvo que soportar el apodo de Milione como el viajero veneciano -por los miles de mentiras que decían que contaba-. Su historia queda recogida en Viaje a Samarkanda. Relación de la embajada de Ruy González de Clavijo ante Tamerlán (El Legado Andalusí), una aventura que comenzó en 1403 y que transcurrió durante tres años. El libro, coordinado por Rafael López Guzmán, se presentó ayer en la Casa Asia de Madrid con la presencia de Jerónimo Páez, ex director y asesor de El Legado Andalusí, y el escritor y periodista Fernando Sánchez Dragó.

"El libro recoge un viaje cuanto menos exótico, algo posterior al de Marco Polo, el diario de viaje de González de Clavijo como embajador de Enrique III ante Tamerlán para constrarrestar el creciente poder de los otomanos en Europa", explica López Guzmán. El viaje transcurrió por la Ruta de la Seda hasta Samarkanda, con la mala fortuna de que Tamerlán falleció al llegar la expedición y los objetivos diplomáticos no se pudieron cumplir. Pero quedó un diario de viaje que ahora ha sido traducido al castellano moderno. "Cuenta día a día lo que sucede, a veces de forma esquemática, otras de manera más desordenada, en otras ocasiones es más descriptivo, pero en general se trata de un documento histórico de primera magnitud", detalla el coordinador de la publicación, que cuenta con una serie de artículos paralelos para enmarcar histórica y artísticamente el viaje de González de Clavijo.

El manuscrito original se conserva en la Biblioteca Nacional y es la primera vez que se le dedica un estudio centrado en los comentarios de carácter histórico, geográfico y artístico. "Este trabajo forma parte de un proyecto de investigación que comenzó con una visita a Uzbekistán en 1997 y nosotros mismos hemos hecho parte de este recorrido en Irán, Turquía, Grecia y el propio Uzbekistán", recuerda el coordinador casi seis siglos después del viaje original.

En este periplo comprobaron que González de Clavijo fue más realista que su homónimo veneciano, "incluso elementos que no son comprensibles a nivel histórico se encuentran en este texto". De hecho, se trata de un documento "muy importante" en Uzbekistán porque detalla "cómo transcurrían las fiestas de Tamerlán y la estructura del mundo de Samarkanda".

En cuanto a la decisión de traducir el texto al castellano moderno, López Guzmán aclara que en las ediciones anteriores "había un momento en que no se entendía nada". "Hay nombres y topónimos que utiliza González de Clavijo que bien han cambiado o que son simples transcripciones de lo que escuchaba, con lo que hemos tenido que hacer un trabajo de investigación para saber a qué se refería", detalla el coordinador.

Viaje a Samarkanda. Relación de la embajada de Ruy González de Clavijo es un libro para viajar desde el sillón de una sala de estar y para decorar el mismo salón. "Es una joya bibliográfica en ambos sentidos, por lo que es el objeto libro y los contenidos".

El protagonista, a su regreso a Castilla, siguió con su nivel social anterior -era noble- pese a no regresar con el ansiado tratado en las alforjas. Pero el gran éxito de la embajada fue legar a la posteridad el telato de su viaje, "algo más importante que un tratado político que difícilmente se hubiera podido llevar a cabo por las circunstancias de la época", concluye López Guzmán.

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