Desde el primer momento en que pisó las tablas, el entrañable actor Juan Luis González, el de la chaqueta y chaleco, se metió en el bolsillo a mayores y pequeños con una disparatada plática sobre los peligros del tabaco. Lo que iba a ser una conferencia se convirtió en un repaso de las visicitudes vividas por el protagonista que además, aprovechó la calidad y cercanía que infunda el Teatro Apolo para estar al lado de los asistentes. Bajó las escaleras, repartió pasquines, preguntó e hizo bromas porque nadie le contestaba.

Era el aperitivo de una noche que no había hecho más que empezar. Desde el patio de butacas, el amplio público asistente animaba al protagonista a continuar realizando bromas o riendo sin parar cuando el actor imitó unos pasos de baile.

"Esto es lo que se aprende en la academia de mi mujer: el un, deux, trois… un deux trois…". Lo gracioso de esta peculiar actuación-monólogo era que cuando el protagonista parecía que retomaba el guión, rápidamente volvía a romperlo para pasar a contar anécdotas familiares.

'Los peligros que causa el tabaco' fueron la excusa para hilar de forma magistral los contenidos con los que el protagonista 'embaucó' a los presentes, consiguiendo que permanecieran muy atentos a cómo iba desarrollándose la acción.