Máximo Huerta: “Las historias más bonitas pueden estar en el rellano de tu edificio”
Literatura
El autor presenta hoy a las 20 horas en el salón de actos del Centro Cultural Cajamar su obra ‘Adiós pequeño’ en el ciclo ‘Diario de los Libros’
El escritor y periodista presenta hoy jueves, 29 de septiembre a las 20 horas su último libro Adiós, pequeño en el salón de actos del Centro Cultural Cajamar en la Casa de las Mariposas. Esta actividad se enmarca en Diario de los Libros que organiza Diario de Almería. Huerta con esta obra ha obtenido el Premio Fernando Lara de Novela 2022.
-Presenta en Almería su libro ‘Adiós, pequeño’. ¿Cuando se plantea escribir esta obra, que además no tiene nada que ver con lo que había publicado hasta ahora?
-Al final uno siempre escribe de los temas más importantes como son la vida, la muerte, el paso del tiempo y la familia. Eso son los temas a los que siempre recurro y son el fondo de mi literatura. Este libro nace del miedo a la muerte, de una manera que quisiera conservar en un objeto, que es una novela, el tiempo para poder recordarlo.
-¿En esta obra hay mucho de su infancia?
-La infancia, como decía Ana María Matute, dura mucho. La infancia a veces es interminable, no se acaba nunca. La infancia es un período que todos fantaseamos, la mayoría nos lo inventamos y es algo que permanece hasta cuando somos viejos.
-¿Es complicado convertir la propia vida de uno en un libro?
-Lo han hecho Landero, Fernando Marías o Trapiello. Al final, la propia vida es la novela que ya tienes escrita, lo único que tienes que hacer es traducirla y pasarla a papel. A veces no hay que buscar historias lejos, sino darte cuenta que las tienes cerca. Las historias más bonitas pueden estar en el rellano de tu propio edificio.
-¿El ser que hoy es Máximo viene marcado por su infancia?
-Todos. Todos somos lo que queda del niño que fuimos como las frustraciones, los sueños y los juegos. Todos somos el resultado de aquello, y yo también.
-¿Incluso marca más que la adolescencia?
-La adolescencia es cuando los huesos se disparan y la piel se estira. La adolescencia es como un terremoto, que separa una placa de la otra. No me parece la época más importante.
-En su obra aparece una frase al inicio que marca la obra. ‘Mi madre hubiera sido más feliz si yo no hubiera nacido’.
-La frase es como abrir la puerta del misterio. Es preguntarnos que habría sido de nuestras madres o nuestros padres si hubieran elegido libremente su vida. En el fondo esta novela habla de las madres y abuelas que tuvieron que renunciar a todo.
-¿Este libro es un homenaje a su madre?
-Sí, es un homenaje a mi madre, a mi abuela y por ende a todas las mujeres que tuvieron que verse obligadas a vivir una vida que seguramente ellas no buscaron.
-Ahora hace un programa en la televisión valenciana y le hemos conocido en televisiones nacionales y además lo conocemos por sus libros. ¿Si tuviera que elegir se queda con el periodismo o prefiere la literatura?
-Elijo fácilmente. Elijo la literatura porque antes de todo estuvieron los libros. En mi casa los libros han sido un regalo, una evasión. Cuando llegué a estudiar periodismo dije que hacía esa carrera para escribir. Muchos de los grandes escritores han sido antes periodistas. Los periodistas y los escritores utilizamos la misma herramienta como es la palabra.
-De niño parece que era un gran lector. Además esperaba cada trimestre la llegada de los libros a través de Círculo de Lectores.
-Eso fue un gran invento sobre todo en los pueblos que no tenían librerías. Círculo de Lectores era una librería ambulante. Para mí era una alegría cuando llegaba la revista y luego una alegría cuando llegaba el libro. Es una pena que desapareciera, pero formó a muchos lectores.
-El fenómeno de las redes sociales ha invadido todo. ¿Qué piensa de ello?
-En las redes sociales hay gente armada con pistolas y cuchillos convertidos en palabras y detrás del anonimato. Eso es dañino. Utilizadas bien las redes sociales, ya no se cómo se utilizan bien, porque se han deformado mucho. Empezaron a llenarse de partidos políticos y también se empezaron a utilizar para crear grupos de presión y todo el periodismo cayó. Lo que se dice en redes parece que sea palabra de Dios, pero no es así. Las redes a veces es un nido de frustrados y otras veces para informarte si sabes elegirlas.
-Los ochenta marcan época. La música, la transición. ¿Se vivía antes mejor que ahora?
-La juventud es un período feliz. Todo el mundo recuerda épocas pasadas porque éramos más jóvenes, y por eso se recuerda con cierta melancolía. Relacionamos el tiempo pasado simplemente porque teníamos menos años.
-Creo que todavía está pendiente ponerse a escribir teatro
-La mesa está dispuesta y el ordenador está preparado. Lo único que me falta es decidirme y atreverme a escribir teatro y verlo en el escenario. Me lo han propuesto bastantes veces, pero no me he atrevido por respeto.
-Creo que es de los hombres que le gusta ir a misa.
-Sí, me gusta porque me relaja. No solo ir a misa, sino me gusta entrar en las iglesias porque me relaja y porque me recuerda a mi abuela cuando me llevaba los domingos. Me gusta el silencio, me gusta el olor y me recuerda como si tuviera a mi lado a mi abuela.
-¿Tiene ya pensado lo próximo que va a publicar?
-Tengo varias cosas escritas y otras en las que estoy trabajando. Pero tengo que decidirme.
-¿Conoce Almería?
-Sí, uno de mis mejores amigos es el dramaturgo Alejandro Melero que vive en Almería. La última vez que fui a relajarme fue en julio de 2018.
-¿Qué piensa de que se hagan los encuentros entre un autor y sus lectores como es Diario de los Libros?
-Son muy gratificantes. Como autor siento vértigo porque la novela la has escrito en soledad y de pronto le pones cara a los lectores. Es una sensación entre mágica y reconfortante.
-¿Su paso por la política lo considera ya anecdótico?
-Han pasado cinco años y han pasado muchas cosas. De hecho han pasado varios ministros por el Ministerio, después de mí. Me lo ofrecieron y yo lo acepté, yo no pertenezco a ningún partido, pero la cultura me gusta.
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