Cultura

Mestizaje del videoarte y el western en un taller

  • Es un curso impartido por Federico Utrera que ha duplicado su número de plazas

El Festival Internacional de Cortometrajes Almería en Corto inauguró dentro de su programa de actividades paralelas el taller Videoarte y Videowestern: El Nacimiento de un nuevo género artístico, que cuenta con la colaboración del Instituto de Estudios Almerienses (IEA). Se trata de una actividad formativa que se celebra hasta el 6 de diciembre en el Salón de Actos del edificio Alfareros de la Diputación y que está siendo impartido por el Profesor Federico Martínez Utrera.

Ya en 2012, el Festival apostó por el videoarte como temática central de otro de los talleres que realizaron en el marco del festival en colaboración con el centro de estudios locales. Este año, se ha ido más allá y se ha decidido centrar la temática en este tipo de videoarte. La inauguración ha contado con la presencia del director de Almería en Corto, Luis Serrano y el director del IEA, Rafael Leopoldo Aguilera.

Ante la demanda de plazas de esta actividad, el Taller se ha trasladado este año al edificio Alfareros de la Diputación que ha conseguido llenar las 50 plazas que se han abierto en esta edición.

Este taller tiene la finalidad de generar ámbitos para las manifestaciones audiovisuales alternativas y propiciar espacios de encuentro para la reflexión histórica y estética videográfica.

Este taller de videoarte tiene un carácter interactivo, que pretende explorar nuevas posibilidades de aprovechamiento de recursos en el entorno cinematográfico almeriense, además de los que ya hace la industria cinematográfica y publicitaria. Este taller multidisciplinar consta de prácticas audiovisuales.

El mestizaje entre videoarte y western se ha producido por primera vez gracias al videoartista alemán Julian Rosefeldt (Munich, 1965), autor de American Night, una obra de videoarte que se ha expuesto ya en varios museos europeos y que supone el nacimiento de un nuevo género: el videowestern.

Esta obra ha sido rodada en Almería y Rosefeldt introduce un nuevo paradigma y soporte en torno al western clásico cinematográfico. También abre novedosas puertas sensoriales a un género que hasta ahora le era extraño a esta nueva disciplina visual que ya está consolidada en los departamentos audiovisuales de los principales museos de arte contemporáneo del mundo.

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