Miguel Peidro: "Cuando recorro las montañas las miro con ojos de pintor"

El público que estos días pasa por la galería de Arte Argar se queda perplejo ante la calidad pictórica de las obras que se exponen. Son de un realismo que algunos han llegado a pensar que eran fotografías. Sin embargo, son los óleos que hasta el día 27 cuelga en esta prestigiosa galería el artista alicantino Miguel Peidro. Sin duda, se trata de uno de los mejores pintores de paisajes que hay en España y ello lo corrobora el que las críticas que ha tenido sean excelentes e incluso haya muchos aficionados a la pintura que elogien su obra.

Peidro es la segunda vez que regresa a la galería Argar y lo hace con una colección de paisajes que encandilan cuando se observan. "Todos me dicen que soy un pintor paisajista, pero dentro del mundo del paisaje hay tanto por investigar, tanto para buscar, que yo siempre intento destacar la luz y el color en mis obras".

"Soy un afortunado, porque me gusta la naturaleza y además soy montañero. Disfruto de la naturaleza, la pinto y encima vivo de ello. Tengo pasión por el paisaje, lo vivo. Cuando salgo a recorrer las montañas las miro con ojos de pintor y me voy empapando de esas visiones. Luego en el estudio intento transmitir esas emociones", confiesa el pintor, que se deja llevar mucho por las opiniones de la gente.

"No quiero modas, pinto lo que me gusta. No sé si lo hago bien o lo hago mal, pero por lo menos hago lo que me gusta" confiesa este maestro de la pintura, nacido el 12 de junio de 1950 en Alcoy. Peidro es un pintor enamorado de las cosas sencillas.

Y ese enamoramiento por la pintura le lleva a cuidarlas, a mimarlas y a imprimirles una palpitación poética de arte y maestría. En la actualidad su obra se encuentra sembrada por todo el mundo en colecciones particulares.

"Mi obra es temperamental. No soy un pintor minucioso, sino un pintor de trazo, de espátula, pero intento dentro del caos crear un orden", apunta Peidro. "Me gusta mucho el contraste, la luz y el color", asegura el artista, que en poco tiempo quiere visitar la zona de la Alpujarra para pintarla y así incluirla en esa gran colección de paisajes españoles que siempre ofrece en sus exposiciones.

La obra de Peidro se caracteriza por ser paisajes abiertos, con ausencia de la figura humana, donde a través del óleo reproduce luces del día en todas las estaciones del año, experimentando e innovando con los colores, tonalidades y matices. Sus paisajes irradian sosiego y relajación. Son, ante todo, autenticas obras de arte.