Misiones y testimonios de solidaridad
Óscar Arturo García explica el trabajo de Manos Unidas que comienza su campaña anual
El misionero de los Padres Blancos trabaja actualmente en las 200 Viviendas de Roquetas
“Quien más sufre el maltrato al planeta no eres tú”. Con este lema inicia Manos Unidas su campaña de 2020 donde denuncia cómo afectan las situaciones medioambientales a las poblaciones más pobres. Óscar Arturo García, misionero mexicano de los Padres Blancos, relata su experiencia y el conocimiento que tiene de la ONGD.
Óscar Arturo García señala que su vivencia en África se ha centrado en Burkina Faso y Mali por cuestión de estudios, y una misión que tuvo que cumplir en una parroquia en Ghana.
El misionero valora positivamente el funcionamiento de Manos Unidas: “Manos Unidas no trabaja con personas concretas, lo hace con instituciones, con situaciones. Lo que busca es un socio responsable y colabora con los Padres Blancos, una persona que pueda llevar a cabo la voluntad que se haya marcado aquí en España. Manos Unidas ha ayudado en países de misión, ha colaborado bastante”.
García recordó su misión en Ghana: “Estaba en Savelugu, en una población de agricultores. Los principales problemas que encontré fue la falta de electricidad y cero agua potable. Cuando yo llegué allí había un burrito que nos traía agua. En seis años pudimos tener un pozo en una localidad cercana gracias a Manos Unidas. Era un foco infección tremendo. Oxfam nos dio pajitas largas con un pequeño filtro. También es precaria la educación de los chavales. Teníamos escuelas bajo el árbol. La enseñanza no es lo mismo”.
El misionero también ha trabajado en México en una casa de formación, en la administración de los Padres Blancos y también estuvo estudiando en Irlanda. Actualmente, reside en Roquetas de Mar desde hace 5 años: “Tenemos un proyecto de integración y acogida para inmigrantes en las 200 Viviendas. Mi trabajo está centrado en trabajar con los inmigrantes”.
García trabaja en el servicio que ofrece el Centro Intercultural África. “Hay 18 voluntarios en diferentes horas. Se imparten clases de español, dan asesoría, les enseñan a conducir. El objetivo es que se integren en la sociedad española. Esa es la excusa o pretexto para entrar en la vida de las personas que se acercan a nosotros. Hay problemas terribles con el empadronamiento, donde hay un negocio detrás de esto. Es terrible. Hay que andar buscando espacios, y si el contrato y la casa son seguros”.
Para el misionero cada día es impredecible: “Es muy difícil decir qué será mañana. Las cuestiones políticas y económicas tendrán que cambiar y cambiarán. Lo que sí falta en Roquetas son espacios de encuentro, donde las personas diferentes se puedan encontrar y que los españoles puedan conocer a otro tipo de gente. El encuentro con una persona concreta te puede cambiar la vida”.
La nueva campaña de Manos Unidas se enmarca dentro del trienio 2019-2021. Miguel Pérez, delegado de la ONGD en Almería, explica que el trabajo que realizan parte “de una visión cristiana”.
El responsable señala que “la realidad de la situaciones medioambientales están afectando notoriamente de una forma desmesurada sobre las poblaciones más pobres. Manos Unidas trabaja sobre los efectos que causan pobreza. Se aboga por el cuidado de la casa común, desde el punto de vista de cómo afecta a las personas porque las situaciones medioambientales y la pobreza van cogidas de las mano. Son dos cara de la misma realidad. El año que viene es la defensa de las personas dentro de la sociedad en el marco del ejercicio de los derechos democráticos”.
Miguel Pérez es uno de los pocos hombres que es responsable de una de las delegaciones de Manos Unidas: “Me siento muy honrado porque tengo mucho que aprender de mis antecesoras. Es una organización mayoritariamente femenina. Lo masculino y lo femenino se complementan. En la lucha contra el hambre no hay género. A la hora de luchar por las desigualdades sí que hay diferencias porque las mujeres se encuentran desprotegidas”.
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