Cultura

El Museo Ibáñez incorpora un cuadro de Rosales a su colección permanente

  • La obra realizada por el artista de Madrid muestra una escena histórica como son los últimos momentos de Leonardo Da Vinci

Una importante obra del pintor Eduardo Rosales (Madrid, 1836 -1873) acaba de incorporarse a la colección permanente del Museo Ibáñez de Olula del Río. El cuadro representa una singular escena histórica, única en el conjunto de toda la pintura de historia del siglo XIX español: "Los últimos momentos de Leonardo da Vinci".

Está firmado y fechado en Roma en 1863, un año antes de El Testamento de Isabel la Católica, acaso su obra más conocida y celebrada, expuesta actualmente en el museo del Prado. El cuadro del museo Ibáñez es un óleo sobre lienzo de pequeñas dimensiones, 30 x 42 centímetros, y está pintado con suma precisión y detalle.

Su técnica, suelta y concisa, revela la asimilación por parte de Rosales de la lección naturalista de Velázquez en fecha muy temprana, aspecto que determinaría, en el contexto de la pintura española decimonónica, la superación definitiva del academicismo romántico para dar paso al realismo de fin de siglo. En este sentido, Rosales es uno de los creadores más avanzados e importantes de todo el siglo XIX español.

En este cuadro Los últimos momentos de Leonardo da Vinci el pintor ha recreado con fidelidad histórica un interior palaciego con numerosos personajes. En el centro, un moribundo Leonardo es sostenido por Francisco I y un criado; ambos le ayudan a que se arrodille sobre un cojín que está junto a sus pies para poder tomar la comunión que un sacerdote escoltado por dos acólitos le ofrece.

Completan la composición, por la izquierda, un grupo de sirvientes que miran la escena y la apertura al interior de una capilla, y por la derecha la cama con dosel del enfermo pintor, una dama arrodillada en devota actitud y otros sirvientes o personajes de la corte renacentista. Leonardo falleció el 2 de mayo de 1519, según la tradición en el castillo real de Amboise, residencia del rey Francisco I, su último mecenas. Vasari cuenta que murió en los brazos del propio rey, un dato que demostraría la amistad, la admiración y el afecto que el monarca francés le profesaba.

Leonardo pasó sus tres últimos años de vida en Francia, bajo protección de Francisco I, viviendo en el castillo de Clos-Luce por decisión del monarca, una residencia ubicada a escasos 500 metros del castillo de Amboise y conectada con él, al parecer, con un pasadizo secreto por el que el rey iba a visitar a su artista.

El pasaje histórico representado por Rosales en el cuadro del museo de Olula tiene un precedente en la obra del francés Ingres, quien trató el mismo tema en un óleo de 1818 de estilo "troubadour", actualmente expuesto en el museo del Petit Palais de París. A la vista del cuadro de Ingres, parece que Rosales lo conocía, por lo menos a través de algún grabado o reproducción, pues en ambas obras aparece una ambientación palaciega similar; la cama con dosel es muy parecida y tanto las figuras de Leonardo como la del rey Francisco I lucen vestimentas similares.

En el caso de Rosales, la elección de este tema es por completo ajena a lo habitual en la pintura de Historia española de esa época. Por lo general, los pintores pensionados en Roma escogían pasajes de la historia de España y pintaban grandes lienzos que después enviaban a las competiciones nacionales. Es muy posible que esta obra fuese una primera idea para el gran cuadro con el que Rosales pretendía alcanzar el éxito, desechada después a favor del nuevo tema dedicado a la muerte de la reina Isabel la Católica.

Pese a todo hay cierta similitud entre las dos composiciones, tanto por la ambientación -cama, alfombra, personajes, etc- como por el momento escogido, pues en ambos se representa los últimos momentos de la vida de un personaje protagonista.

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