Noche de cante grande con Sonia Miranda, Rancapino Chico y Vicente Soto 'Sordera'

Flamenco

El Festival de Flamenco vivió el miércoles la primera de sus cuatro veladas en Almería

Rancapino Chico durante su actuación en el Claustro de la Catedral.
Rancapino Chico durante su actuación en el Claustro de la Catedral.
Redacción

20 de julio 2023 - 18:57

El 56º Festival de Flamenco y Danza de Almería, que organiza el Área de Cultura, Tradición y Fiestas Mayores del Ayuntamiento de Almería con la colaboración de numerosas entidades y patrocinadores, abrió el miércoles la tanda de recitales en el Claustro de la Catedral, que servirán para cerrar por todo lo alto una intensa y extensa programación que se prolongará hasta este sábado, 22 de julio. El miércoles era la ocasión de disfrutar de una noche con tres grandes garantes del cante, por orden de intervención: Vicente Soto ‘Sordera’, Rancapino Chico y Sonia Miranda.

Estandarte vivo de ‘la Casa de los Sordera’, Vicente Soto quiso abrir de manera sobria, con toná, martinete y debla, pero con la guitarra de Vicente Santiago y las palmas de Barquito y Ángel Peña pronto se brindó a un ramillete de cantes de Cádiz. Su siguiente incursión en la jondura fue por soléa, con ecos de Joaquín ‘el de la Paula’ en los cierres. Siguió la actuación por tientos tangos, donde brilló la falseta previa al engarce de su guitarrista. El cierre, como estaba previsto, fue por bulerías que remató con el popular romance coplero con referencias a Juana Reina, Lola Flores y Concha Piquer y A la lima y al limón, El clavel o La tarara. Una actuación intachable y entregada.

Otro que puede presumir, y lo hace con sus letras, de estirpe flamenca es Rancapino Chico. El hijo de Rancapino, uno de los grandes amigos de Camarón en sus comienzos, ha pasado ya hace tiempo la línea de lo que se califica como joven promesa para ser una realidad de brillo presente. De Jerez a Chiclana, el cantaor, con Antonio Hidalgo a la guitarra, inició melifluo y armónico por soleá, para seguir por unos tientos, Las campanas también lloran, de Camarón, dedicados a Pedro Segura, propietario de Taberna Sacromonte, tan vinculada al flamenco en la ciudad.

Donde más brilló Rancapino Chico fue por unos tangos que, lejos del festejo habitual de guitarras, contuvo con electricidad y negrura en la voz y largo en los lances, referenciando siempre orígenes gitanos y canasteros a modo de estribillo final. Llegando al final de su actuación, dedicó las bulerías a Tomatito, José del Tomate y Kiki Cortiñas, entre otros. Terminó con una tanda de fandangos naturales.

La encargada de cerrar la velada fue la cantaora sevillana, almeriense de adopción, Sonia Miranda, que fue generosa a la hora de elegir el repertorio para moverse por cantes no tocados por sus predecesores, ofreciendo así un complemento perfecto y variado a las dos horas y media de espectáculo. Con ese espíritu abrió por aires abandolaos y malagueñas, referencia incluida a una estrofa de Pepe Pinto. Dedicadas a Pedro Segura y saludando a su hija Carmen entró por serranas para seguir con cantiñas y bamberas en un alarde de afinación y potencia y una sensibilidad excelsa en el balance entre largas y recogidas.

Acompañada por la guitarra de Antonio Luis López y las palmas del ‘Pescaíto’ y Cris Santiago, continúo por la bella plasticidad galaica de las farrucas. El cierre, vendría de manera triple con tres canciones populares, Dime de Lole y Manuel, Tú y sólo tú de Gaspar de Utrera y el bolero Un compromiso metido por bulerías.

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