Cultura

Orejudo publica una sátira sobre la vida universitaria

  • El autor madrileño, afincado en Almería, acaba de ver publicado 'Un momento de descanso' en Tusquets Editores

El profesor y escritor Antonio Orejudo acaba de publicar Un momento de descanso en Tusquets Editores. Esta nueva novela cuenta como un fantasma del pasado, Arturo Cifuentes reaparece un día en la vida del narrador Antonio Orejudo. Cifuentes es un viejo amigo de la facultad, con el que Orejudo compartió casa en Nueva York, cuando ambos encontraron sus primeros trabajos en Estados Unidos, y al que suponía ya establecido en aquel país. Han pasado diecisiete años desde la última vez que se vieron, Cifuentes se ha divorciado y ha regresado a España para ocupar un puesto en la facultad donde estudiaron. Y tiene mucho que contar: las relaciones con su hijo adolescente, la crisis de su matrimonio, su infausta peripecia profesional y, sobre todo, su desencanto profundo con las humanidades.

El narrador, que recapitula también sus experiencias determinantes de aquellos años, no sospecha, sin embargo, que su viejo amigo quiere proponerle algo de más calado, que les afecta a ambos: desenmascarar a los farsantes, descubrir las raíces de una vieja y permanente conspiración.

Antonio Orejudo nació en Madrid en 1963. Doctor en filología hispánica, durante siete años fue profesor de literatura española en diferentes universidades de Estados Unidos. En la actualidad es profesor titular en la Universidad de Almería, y ha pasado un año como investigador invitado en la Universidad de Amsterdam.

Es autor, además de Un momento de descanso, de tres novelas: Fabulosas narraciones por historias (1996, que Tusquets Editores recuperó en edición definitiva en 2007), Ventajas de viajar en tren (2000) y Reconstrucción (2005).

Esta última, traducida a varios idiomas, fue saludada en su versión alemana como "la novedad editorial española más imponente del año", según el Frankfurter Allgemeine Zeitung. Un momento de descanso es un ejercicio portentoso, por momentos hilarante, por momentos amargo, pero siempre lúcido y afilado, sobre el desmoronamiento de las certezas.

También es una potente maquinaria fabuladora que desautomatiza con ironía algunos motivos narrativos, desde la crisis familiar o la recuperación de la memoria, hasta la autoficción.

Orejudo revalida, con esta su cuarta novela, que es uno de los narradores más deslumbrantes, divertidos e insoslayables de su generación.

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