Cultura

Pancho Varona comparte un viaje por el universo ‘sabinero’ en el Teatro Apolo

  • Hizo diez canciones acompañado de su guitarra dentro del ciclo ‘Palabra de músico’

Perdimos un buen funcionario (el deseo de su madre), pero hemos ganado un gran músico y compositor. Más conocido por ser el coautor de numerosas canciones de Joaquín Sabina que por su trayectoria musical, Pancho Varona está de ‘Ruta 52’ desde hace un año para que el público ‘sabinero’ disfrute con la otra voz de himnos por todos conocidos.

Hace unos días hizo escala en el Teatro Apolo, dentro del ciclo Palabra de Músico, en un viaje delicioso por el backstage de las quinientas noches de gira, y unas cuentas más, de Sabina y su inseparable Varona. Porque Pancho, además de genial compositor, músico y cantante, se destapa como un excelente contador de historias y cada tema tiene sus preliminares casi tan auténticos como la propia canción. 

Palabra de Músico más que nunca fue un doble acercamiento, a Pancho Varona y al Universo Sabina, dentro del programa de otoño del Área de Cultura del Ayuntamiento de Almería, en una idea de Kuver Producciones.

Uno de los lugartenientes históricos de Joaquín Sabina, especialmente en los ochenta, noventa y primera década del milenio, junto a Antonio García de Diego, y acompañándole de gira con la banda Viceversa, hizo las delicias del público en el Teatro Apolo.

Pancho Varona comenzó con Más de cien mentiras pero esta vez no fue presagio de falsedad, sino todo lo contrario, de la honestidad de un gran artista que se abrió al público, y tras el preámbulo del almeriense Agus Contreras y la entrevista donde se mostró muy cercano, ofreció un concierto, salpicado de relatos y anécdotas con su Sabina.

Tras el primer tema, continuó con Quien me ha robado el mes de abril, que con el confinamiento se ha puesto de nuevo de actualidad, y seguir con Pongamos que hablo de Madrid. “Esta es la canción con la que descubrí a Joaquín y aunque es la más popular, este la sustituyó en los conciertos por Yo me bajo en Atocha, que es más alegre”. Varona recuperó la primera y en el camino se emocionó, muchos sentimientos y emociones en el baúl de los recuerdos.

La forma de componer de este binomio de éxito comenzaba con los primeros versos escritos por Sabina que de inmediato llamaba a “panchito, panchito”, como le decía cariñosamente, y este le ponía música, viendo noches y amaneceres de creatividad artística.

La siguiente Y ahora que… se la dedicó a Esther Segarra, su road manager, almeriense por cierto, para continuar con Peces de ciudad que la compusieron Joaquín y Pancho una noche en el Hotel Bolívar de Lima en Perú. “Quería hacerle un valls en homenaje a Joaquín como To Ramona de Dylan y no lo conseguía, y al cabo de los años, lo logramos en esa noche de hotel”.  

La relación de Sabina y Varona era más que profesional, un vínculo que les hizo vivir a 500 metros de distancia en el barrio de Lavapiés, y en uno de esos encuentros “Joaquín se puso a jugar sobre profesiones excitantes en lugares excitantes, y ahí surgió ‘La del pirata cojo’”, que de inmediato cantó.

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