Parrita y Capullo de Jerez celebran una fiesta flamenca en el Maestro Padilla

La bulería, la rumba y la copla, las palmas y la alegría, la guitarra y el cajón. El Auditorio Maestro Padilla convertido en una auténtica fiesta de arte flamenco, reunidos por la Asociación de Promoción Gitana Tchatchipen y con Capullo de Jerez y Parrita como artistas invitados.

Pasión por el cante jondo, por una música vinculada emocionalmente con la raza gitana. Disfrute para todos los asistentes a un espectáculo que se prolongó durante tres horas y que puso sobre el escenario auténtica pasión.

En los prolegómenos, la Asociación regaló a la concejala de Cultura, Ana Martínez Labella, un hermoso mantón de manila rojo por su apoyo, la cual agradeció afirmando que "la Asociación está haciendo un gran trabajo y en el plano cultural promueven este concierto que permite a todos los almerienses disfrutar con grandes artistas flamencos".

El primero en actuar fue Capullo de Jerez, que se presentó con una postal tradicional de flamenco. Guitarra, tres palmeros-coros y su voz, auténtica, rota, puro cante jondo. En este caso se centró durante una hora en los palos más festivos, entre ellos la bulería, que hicieron ponerse de pie al público con su arte y personalidad.

Miguel Flores, conocido en el mundo flamenco como Capullo de Jerez, enseñó sobre el escenario los secretos del cante jondo. Es un artista a la vieja usanza, formado desde niño en la escuela de la vida y cantaor las veinticuatro horas del día. Un intérprete auténticamente personal, que ha acuñado un sello propio, que anoche disfrutó e hizo pasárselo muy bien a los asistentes, y que incluso se lanzó, con su cuadro flamenco, a marcarse unos pasos de baile. Olé y olé para Capullo de Jerez.

Tras el descanso, llegó Parrita acompañado con un amplio grupo compuesto por bajo eléctrico, teclado, percusión, guitarra, cajón y palmas. En su concierto hizo un repaso a sus 35 años de carrera musical y también a los grandes de la copla como Miguel de Molina o Marifé de Triana.

Así mismo recordó a Tomatito que ha colaborado en su último disco. Un grande con una voz inconfundible que sobre el escenario sigue con la peculiaridad de que cada canción es una dedicatoria a uno de los fieles que le acompañan y que previamente le han dejado una nota que lee antes de cada tema. Terminó muy flamenco y con el público, de nuevo, entregado y con numerosos aplausos.

Tras tres horas, el público se fue feliz de la fiesta de arte flamenco en la que participaron en el Auditorio Maestro Padilla. Un concierto lleno de duende.