El Castillo de Vélez Blanco, considerado uno de los grandes ejemplos de la arquitectura renacentista española ha vuelto a la actualidad. Son muchos los años que se lleva hablando e incluso intentando reconstruir el patio de Honor de dicho Castillo, pero hasta ahora se ha hecho poco.

Hay que recordar que el Patio de Honor, obra majestuosa en mármol blanco de Macael, era una joya escultórica del arte del Renacimiento. El patio fue vendido en 1904 y actualmente está expuesto en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York. Muestra también elementos del estilo gótico tardío con ciertos rasgos mudéjares.

Son casi dos décadas las que han transcurrido desde que se empezó a hablar de reconstruir el patio de honor. La entonces consejera de Cultura, Rosa Torres presentaba a finales de 2008 los trabajos de la reproducción digital en 3D del Patio del Castillo de Vélez Blanco. Dichos trabajos se iniciaron el 1 de agosto de ese año en el Metropolitan Museum de Nueva York, donde se encuentra el patio original desde 1959. Esta acción, costó 246.000 euros.

Desde esas fechas cada cierto tiempo se hablaba del Patio del Castillo y se volvía a hablar de una posible reconstrucción, claro está sin tener en cuenta la situación del propio Castillo que con el paso del tiempo también requeriría de algunas intervenciones. Pero en ese tiempo solo se tenia en mente el Patio, que era la gran joya que albergó en su día este Castillo, que se alza en Vélez Blanco. Otra fecha clave fue en 2016 cuando la Junta redactaba los pliegos para contratar la redacción del proyecto de reconstrucción del Patio del Castillo. La contratación se realizó mediante concurso abierto y con un presupuesto de licitación base de 142.608 euros.

El tiempo fue pasando y cada cierto tiempo se volvía a hablar del famoso Patio. Pero la sensación en general, es que transcurrían los días y el Castillo seguía sin contar con la reconstrucción del famoso Patio de Honor.

En abril de este mismo año, la Comisión Provincial de Patrimonio de Almería informaba favorablemente del proyecto para la reconstrucción del Patio del Castillo de Vélez-Blanco, y que en base al documento recibido por la Junta de Andalucía en febrero de 2019, su ejecución supondría una inversión de más de tres millones de euros.

El órgano avalaba tanto el proyecto redactado por el arquitecto Pedro Salmerón para la reconstrucción del patio como la adenda, presentada en diciembre de 2020, en la que se añadía un refuerzo ante el sismo de la estructura proyectada como parte de requerimiento de corrección que se formuló al documento original.

A mediados de julio de este año, la consejera de Cultura y Patrimonio Histórico, Patricia del Pozo, avanzaba que la Junta andaluza iba a buscar financiación europea para ejecutar la reconstrucción del Patio de Honor del Castillo de Vélez-Blanco y la rehabilitación de este Bien de Interés Cultural (BIC) cuya inversión cuantificaba en torno a “cinco millones de euros”.

“Estamos hablando de un presupuesto importante y estamos trabajando en la posibilidad de meterlo en el próximo marco comunitario 2021-2027”, indicó para añadir que, “si todo va bien, se podrá contar con financiación para llevar a cabo el proyecto”.

Del Pozo incluso añadía más ta que afirmó que “al margen del proyecto para la reconstrucción que precisa un presupuesto que se eleva por encima de tres millones de euros, ya ha realizado el estudio de necesidades para restaurar el castillo, incluida la Torre del Homenaje” que cifraba la inversión necesaria en 1,7 millones de euros”.

El Castillo de Vélez-Blanco fue declarado Bien de Interés Cultural en 1985 y es propiedad de la Junta de Andalucía desde el año 2005. Este castillo-fortaleza palaciega del siglo XVI fue residencia de la familia noble de Los Fajardo y albergaba una obra de singular belleza y calidad artística, el Patio de Honor, realizado por artistas italianos en mármol blanco de Macael. El patio fue adquirido en 1904 por un marchante de arte francés que a su vez lo vendió al millonario estadounidense George Blumenthal, que lo utilizó en su residencia y tras morir fue donado al Museo Metropolitano de Nueva York, donde está expuesto.