Pedro Gurriarán explica el color de la muralla norte de la Alcazaba

Amigos de la Alcazaba inicia el programa que cada mes analiza aspectos del monumento

Pedro Gurriarán Daza junto a María Teresa Pérez, presidenta de la Asociación Amigos de la Alcazaba.
Pedro Gurriarán Daza junto a María Teresa Pérez, presidenta de la Asociación Amigos de la Alcazaba.
Redacción

13 de noviembre 2022 - 19:55

La asociación Amigos de la Alcazaba y el Conjunto Monumental celebraron la primera de las actividades de La Alcazaba que queremos. Este estreno fue protagonizado por del arquitecto restaurador Pedro Gurriarán Daza, que habló sobre Una nueva visión de la Alcazaba de Almería a través de sus últimas restauraciones: la Muralla Norte y el Muro de la Vela, en la Ermita de la Alcazaba, repleta de público.

La presidenta de Amigos de la Alcazaba, María Teresa Pérez, apuntó en su presentación que el programa La Alcazaba que queremos un proyecto ilusionante y creemos que también muy necesario. El arquitecto restaurador Pedro Gurriarán explicó la intervención realizada tanto en la Muralla Norte como en el Muro de la Vela que, en ambos casos, ha permitido demostrar que el color original de las murallas era blanco, y no terroso, en contra de lo que se podría pensar.

“Hay que tener en cuenta, explicó Pedro Gurriarán, que las murallas, por su propia función, fueron hechas y rehechas, “restauradas”, a lo largo de sus mil años de historia, y que su fisonomía actual, que consideramos como la “auténtica”, es sobre todo la que hemos heredado de la labor restauradora de Francisco Prieto Moreno, que durante cuarenta años intervino en diferentes partes del monumento”.

“Pero la intervención que hizo Prieto Moreno fue muy intervencionista, ya que en la segunda mitad del siglo XX la tendencia era reconstruir desde la visión idealizada sobre cómo tenía que ser una fortaleza medieval, cosa que en nuestros tiempos no sería aceptable. Por ello, además, las actuaciones de Prieto se centraron en la cara sur, la parte visible desde la ciudad el mar y muy poco en la norte, una zona abandonada, lo cual nos ha permitido encontrarnos con los materiales más antiguos y descubrir que los enfoscados y enlucidos originales de la muralla eran blancos”.

“Naturalmente, tal como manda las normas actuales de restauración del patrimonio, que obliga a diferenciar lo original de lo reconstruido, nuestro equipo de restauración ha replicado el original, pero realizando esos enfoscados un centímetro más adentro”. Lo mismo ocurre con la Torre de la Vela, “que estamos terminando de restaurar, con la que se ha seguido el mismo procedimiento”.

Según Gurriarán, este hallazgo provoca que se haga “una regeneración visual de la Alcazaba, porque más que una fortaleza mimetizada con el paisaje, camuflada, lo que se pretendía era que luciera con esplendor, que se viese a lo lejos como un símbolo del poderío de la ciudad”. Tras su intervención, el arquitecto guió al público asistente a hacer un recorrido por el Muro de la Vela y la Muralla Norte, mientras contestaba a las preguntas. Un itinerario que, además, contó con la sorpresa de la música en directo del trompetista David Galera, de Clasijazz, que improvisó melodías arabescas en modo frigio, aportando la guinda a una tarde didáctica y constructiva.

El próximo 15 de diciembre Amigos de la Alcazaba y el Conjunto Monumental analizarán el proyecto del Parque de la Hoya, con Vicente Manuel Morales Garoffolo y Juan Antonio Sánchez Muñoz, los autores del proyecto ganador y a los que la Asociación ya invitó en 2014 en su Foro Alcazaba. En enero estará Antonio Orihuela, responsable de la restauración de las murallas del Cerro de San Cristóbal.

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