La Peña El Morato rinde un gran homenaje a la copla flamenca

Anabel Castillo y El Niño de las Cuevas recordaron a las mujeres que hicieron la copla

Anabel Castillo con El Niño de las Cuevas y Ana Mar. A la izquierda, Antonio Sevillano.
Anabel Castillo con El Niño de las Cuevas y Ana Mar. A la izquierda, Antonio Sevillano.
D.M.

24 de marzo 2015 - 05:00

Noche inolvidable en la Peña El Morato en torno a la copla flamenca. Fue una velada mágica donde sonaron las artistas más grandes que ha dado la copla flamenca a través de la voz de Anabel Castillo. Anabel tiene un chorro de voz que iluminó la cueva de la Peña.

La Niña de Antequera, Antoñita Peñuela, Perlita de Huelva, Antoñita Moreno, La Niña de la Puebla, La Paquera de Jerez, Lola Flores, Luisa Ortega, Rocío Jurado y Marifé de Triana estuvieron presentes en El Morato.

Temas como Amigo conductor, Pena, penita, pena, La espabilá, Torre de arena, Con los bracitos en cruz, El cordón de mi corpiño, Campanilleros o Maldligo tus ojos verdes trasladaron al público a una época gloriosa de la Copla Flamenca.

Anabel Castillo fue desgranando copla a copla, fue llegando y tocando la sensibilidad de un público que abarrotaba la peña, con la guitarra sobria y flamenca del Niño de las Cuevas, con las notas dulces que salían del violín de Ana Mar, marcando a través de pequeñas falsetas, el devenir de las coplas, dándole a cada una su carácter, y poniendo al servicio del cante toda la magia de éste instrumento, que ésta artista sabe imprimir, porque también es flamenca.

Para enmarcar el final del espectáculo cantando e interpretando Anabel con Ana Mar el tema de Marifé Encrucijada. Fue algo sensacional, difícil de describir con palabras. El público entregado a las artistas. Todo llevado magistralmente con la aportación de Antonio Sevillano que fue comentando muchas anécdotas de las artistas homenajeadas, muchos detalles que el público agradeció y que enriqueció el espectáculo para hacerlo aún más grande.

Es difícil encontrar una propuesta como ésta en una peña. El Morato lo consigue a base de mucho esfuerzo y por la grandeza de los artistas. Las palabras sabias de Antonio Sevillano, el cante profundo de Anabel Castillo, la dulzura de Ana Mar con su violín y la guitarra flamenca y siempre al servicio del cante de Antonio García, El Niño de las Cuevas sembraron de arte la noche del viernes en El Morato.

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