Pilar Cernuda
La mayor corrupción jamás conocida
Su amor por los perros llevó a María Dolores Rubio a comenzar a adiestrar a los canes que tenía en la granja donde se crió con tan solo quince años. Su pasión por este trabajo fue creciendo hasta que hace cinco años se convirtió en técnica en modificación de conducta, técnica profesional e instructora canina. Su formación la ha llevado a ser la encargada de la Unidad Canina de Olula del Río.
Dicha unidad cuenta con un perro de rastro y cinco operativos formados para terremotos y para búsqueda de personas perdidas. "La policía Local de Olula del Río cuenta también con un perro de droga" explica a Diario de Almería María Dolores Rubio.
Además, esta profesional se encuentra inmersa en un proyecto a través del cual quiere hacer en el merendero de Olula del Río una protectora comarcal, residencia, servicio de adiestramiento, así como una guardería y una peluquería canina. "Queremos enseñar también a los niños a aprender idiomas, pero con los perros de terapia y diferentes actividades de ocio" añade. Este proyecto aun se encuentra en trámites, y se espera que próximamente pueda llevarse a cabo, ya que está aprobado desde hace más de dos años.
María Dolores Rubio es una mujer todo terreno, pues aunque reside en una casita en la sierra de los Filabres, su gran pasión por lo que hace la lleva a no parar ni un segundo al día y a llevar una vida poco tranquila. " Cada día lo dedico a impartir talleres de adiestramiento canino, modificación de la conducta, recoger animales abandonados de toda la zona del Almanzora. Además, soy peluquera canina , y formo perros de drogas y rescate".
Como no podía ser de otra manera, tiene en casa dos perros que la ayudan a estar protegida en su retirada casa de la sierra: "Uno es anciano y el otro aprende de él cada día. Tengo un geriátrico, para que los que estén mayores y necesitan cuidados específicos no se sacrifiquen".
Entre las historias que más la han marcado se encuentra la de una de las perritas que tiene en casa, la cual presentaba conducta agresiva: "La metí en uno de los cursos que yo impartía, hoy en día está haciendo rastro. Sino la habrían enviado a la protectora de Pechina, y allí habría tenido muy poco futuro, porque ya tienen 700 perros".
Otra de ella es la de un podenco paralítico que intentó sobrevivir solo. "Se curó con la columna retorcida, lo único que podían hacer era sacrificarlo, por eso me lo quedé yo. Ahora ya puede caminar" cuenta María Dolores Rubio. Una profesional que sigue luchando por su gran pasión.
También te puede interesar
Lo último
No hay comentarios