Rafael Juárez: "Intento escribir una poesía que capte emociones universales"

El poeta sevillano Rafael Juárez participó anoche en el Aula de Poesía que organiza la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Almería y que patrocina la Fundación Unicaja. Juárez ofreció una lectura de poemas de libros editados hace unos diez o doce años como es el caso de Lo que vale una vida y Aulaga y luego también realizó una lectura de otros poemas de su último libro editado hace unos meses titulado Medio Siglo, publicado en Pre-textos. Juárez, que fue presentado por Ramón Crespo, uno de los coordinadores del Aula de Poesía recordaba sus inicios siendo un adolescente como escritor de poesía, aunque se considera un gran lector de poesías. "Nunca he dejado de leer poesía, aunque escribir lo hago relativamente poco. He escrito sólo cinco libros de poemas".

El poeta nacido en Estepa era la primera vez que participaba en un acto poético en Almería, señaló que "he vivido muy cerca del entorno literario de Granada, primero porque estudie Filología Hispánica, después porque me he dedicado a actividades que tienen que ver con la poesía, porque tuve 13 años una librería en el centro de Granada en la Plaza de la Universidad y después me he dedicado a editar libros en la Editorial Tomares y en la Editorial de la Diputación de Granada y en los últimos cinco años dirijo la Fundación Francisco Ayala. Sin tener una ocupación con una relación directa con la poesía, tampoco he estado lejos del conocimiento de personas que me han ayudado mucho como lector".

Juárez cataloga su producción poética, asegurando que "se trata de una poesía muy formal. Soy incapaz de escribir poemas que no tengan una formalidad, escribo con una métrica clásica". También sostiene que "intento escribir una poesía que explique, capte, desarrolle y contenga emociones universales".

Los grandes temas de la poesía de Rafael Juárez van desde la infancia hasta la muerte y el amor. "La infancia aparece mucho en mi poesía. Luego también esta el tema del amor, pero entendido en un justo término, llegando incluso a la amistad".

Este poeta que siempre lleva una gorra que aparentemente cubre su calvicie superó hace doce años un tumor cerebral. Este hecho que no le dejó secuelas, no le afectó en su producción poética. "Mi enfermedad fue peligrosa, pero no dolorosa. Salí de ella sin mermas, por lo que era consciente de que había sido como un sueño durante tres meses, pero luego continué donde lo había dejado", apuntaba.

Aunque conocía el Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar y Aguadulce, Rafael Juárez participó anoche en su primer acto literario en la capital. "Precisamente en mi último libro Medio Siglo hay tres poemas dedicados al Parque Natural y a la zona de Cabo de Gata".

"La poesía de Rafael Juárez ha permanecido, durante más de 20 años, fiel a una indagación personal. Su obra ha seguido una trayectoria independiente de los dictados estéticos generacionales, y sobre todo ajeno a los ecos de la lírica contemporánea. Una voz que se ha ido haciendo así, en soledad, si cabe aún más fuerte, más suya, y reconocible", dijo anoche, Ramón Crespo, uno de los coordinadores del Aula de Poesía.

Crespo apuntaba que "su poesía nace de una voluntad de retener lo que en sí mismo es efímero, nada más perecedero que la belleza, y conservar ese instante que pasa delante de nosotros, y desaparece, intentando salvar al menos algo de ese momento, con el deseo de que sea para siempre".

"Una obra que surge de una mirada introspectiva, y de una experiencia interior de aceptación y renuncia. Todo un ejercicio de cumplida soledad, de aceptación callada frente a lo que el mundo le ha entregado al poeta. De ahí su anhelo por las cosas más sencillas, las cosas naturales, que se congregan en ese microcosmos íntimo de la casa, como el lugar que siempre nos espera. Pero su poesía es también el lugar donde la verdad necesita expresarse, como realidad desvelada por el poeta al hombre que es, y a todos nosotros, sus lectores. Una voz que aleja esas sombras que impiden ver más allá de las figuras que representan el mundo, tantas veces irreal, descubriéndonos nuestro destino", dijo Crespo.