Rafael Santandreu: "Los miedos son sólo ideas y con la mentalidad correcta, se desvanecen”

El psicólogo y escritor presenta a las 20 horas en el Centro de Cultura de Cajamar en la Casa de las Mariposas su último libro ‘Nada es tan terrible’

La presencia de Rafael Santandreu en Almería ha levantado una gran expectación entre sus seguidores.
La presencia de Rafael Santandreu en Almería ha levantado una gran expectación entre sus seguidores.
Diego Martínez

27 de marzo 2019 - 19:08

El autor del best seller El arte de no amargarse la vida llega hoy a Almería invitado por Diario de Almería para participar en Diario de los Libros. Presentará su nuevo libro Nada es tan terrible a las 20 horas en el salón de actos del Centro de Cultura de Cajamar en la Casa de las Mariposas.

-Nada es tan terrible, su nuevo libro. ¿Es lo mejor para adquirir la felicidad?

-La psicología cognitiva es la más demostrada científicamente. Existen más de 2.000 estudios que avalan su eficacia. Si te la aplicas con profundidad, te sacas todas las neuras: dejas de tener complejos, de cabrearte, ganas una gran autoestima... Miles de personas lo han comprobado ya.

-Usted afirma que se puede acabar con todos los miedos. ¿Es eso posible?

-Sí porque los miedos son sólo ideas y con la mentalidad correcta, se desvanecen. Por ejemplo, el miedo a morir. Hace poco, iba en avión junto a una chica aterrada. Le dije: “¡Estrellarnos sería una buena forma de morir!”. Si aceptase esa idea por completo, su temor desaparecería instantáneamente.

-¿Se puede llegar a la felicidad plena, de forma permanente?

-Mucha gente es feliz casi por completo. Por ejemplo, monjes y monjas de clausura. Es más fácil de lo que parece: tan sólo has de quitarte necesidades de encima. Poder decir como San Francisco de Asís: “Cada día necesito menos cosas y las pocas que necesito, las necesito muy poco”.

-Lo contrario es caer en la “necesititis”, ¿verdad?

-La “necesititis” es la enfermedad del siglo XXI, la madre de la depresión y la ansiedad. Consiste en creer que necesitamos mucho para estar bien: pareja, hijos, estudios, un buen trabajo, estar delgado, ser extrovertido, haber viajado, saber idiomas, ser elegante y diez mil cosas más. Y como falle en algo de todo eso, soy un gusano, ¡un fracaso!

-Hoy en día, parece que hay gente permanentemente cabreada, no sé si con el mundo o con ellas mismas. ¿Usted tiene esa misma percepción?

-Sí. Esos tienen necesititis de perfección: los trenes deben llegar siempre a tiempo, el camarero servirles rápido, que no haya ni una sola caca de perro en la calle, etc. Pero esa perfección no existe. Y si fuese posible, tampoco les haría felices. ¡Se aburrirían: el mundo sería maquinal, extraño!

-Sus libros se han convertido en referentes de autoayuda. Y ya tiene cuatro en el mercado. Cuando se pone a escribir: ¿En qué piensa?

-Mi método consiste en investigar a las personas más fuerte y felices: ¿qué diálogo interno tienen; qué visión del mundo? Y, luego, copiar esa manera de pensar. Por ejemplo, Stephen Hawking, el científico en silla de ruedas, tenía el siguiente lema: “Mientras pueda hacer cosas valiosas por mí y por los demás, podré ser muy feliz. No importan las limitaciones”.

-Usted publicó una obra cumbre: ‘El arte de no amargarse la vida’. Usted cree que en general, la gente se suele amargar por casi todo.

-Cuando estamos neuróticos, entramos en “modo queja”, en “modo carencia”. Nos convencemos de que nos faltan muchas cosas esenciales. Pero yo les pregunto a mis pacientes: “¿te das cuenta de que lo tienes todo ya para ser mega feliz?”. Al final de la terapia se dan cuenta de que hasta en la cárcel están genial.

-En su último libro, de hecho, hay una entrevista a un ex-presidiario.

-Es Damián, un chico de treinta años que conocí en la cárcel Modelo de Barcelona. Yo estaba dando una charla allí y al final, se me acercó y me dijo: “Yo he aprendido a ser feliz aquí, en la cárcel”. ¡Había aprendido la psicología cognitiva él solo!

-Siempre me han dicho que hay mucha gente negativa en la calle. Como maestro de psicólogos me gustaría que me sacara de la duda.

-Un 30% de la gente está muy mal anímicamente. Y otro 50%, aguantando. Sólo hay un 20% plenamente feliz. Estos últimos creen que “solo necesitamos el agua y la comida del día para ser felices”. ¿A qué esperas para hacerte con su filosofía?

-De dónde saca tanto tiempo para escribir y continuar su trabajo con pacientes y la formación de médicos.

-Yo no tengo hijos. Y, desde hace unos añitos, tampoco pareja. Así que tengo mucho tiempo para hacer cosas maravillosas y pasármelo en grande. De todas formas, también podría ser feliz con 15 hijos, en plan familia del Opus Dei. Todas las opciones son geniales.

-No se si conoce Almería, una ciudad acogedora, con buen clima y una rica gastronomía.

-No, pero seguro que me encanta porque yo adoro el sur, por su clima y la calidez de la gente. Por cierto, el sol es importante para la salud mental.

-Imagino que una mente tan privilegiada como la suya no descansa. ¿Con qué publicación nos va a sorprender en el futuro?

-Mi próximo libro va versar precisamente sobre cómo mejorar el funcionamiento de la mente mediante la alimentación, los suplementos y otras medidas. Y, de hecho, hablaré del sol; de cómo la vitamina D, que se obtiene tomando el sol, es esencial para el sistema nervioso.

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